Charlie Watts, el legendario baterista de los Rolling Stones, murió a los 80 años de edad, dejando un gran vacío en el mundo de la música.
Pero a Watts también le gustaba el deporte. El baterista era un gran fanático del Tottenham Hotspur, de lo cual se ha destacado la siguiente anécdota.
Corría el año de 1986 y Osvaldo Ardiles, el volante argentino que se volvió leyenda en los Spurs, se despedía del profesionalismo en un partido especial al que asistió el mismo Diego Armando Maradona. Ese mismo día, los Stones se encontraban en una importante sesión de grabación, a la cual todos debían asistir.
Era imposible estar ausente. Durante toda la sesión de grabación, Watts, tipo serio, pero afable, estaba muy molesto, irritable. Cuando uno de sus compañeros se acercó a preguntarle por su estado de ánimo, confesó que prefería estar en la despedida de Ardiles, que tocando la batería para sus Satánicas Majestades.
Watts tenía tanta fascinación por el Tottenham, que en varias ocasiones llevó al mismísimo Mick Jagger a los juegos del equipo, para tratar de convencerlo y volverlo fanático de ese club.