El final de la rivalidad más importante en la carrera de Saúl Álvarez fue victorioso. Si bien no logró el nocaut del que tanto habló desde el día que se anunció la trilogía, este sábado el Canelo derrotó a Gennady Golovkin por la vía de las tarjetas de manera unánime (tarjetas de 116-112; 115-113 x2) para retener sus títulos CMB, AMB, OMB y FIB de los pesos supermedianos.
Una T-Mobile Arena pletórica con apoyo prácticamente total para Álvarez Barragán. Los valientes kazajos que buscaban apoyar a GGG eran callados con chiflidos, abucheos y hasta mentadas de madre porque Las Vegas fue pintado de verde, blanco y rojo todo el fin de semana por las fechas patrias y por el Canelo, que a ratos parecía estar «solo» en el ring.
El noveno round fue el mejor de la batalla, el único en el que GGG soltó los puños y se asemejó al enorme pugilista que es, aunque tal vez sus 40 años sí fueron el factor determinante que muchos creyeron porque por largos lapsos de la contienda parecía solo tener el jab en su repertorio.
Las tarjetas de los jueces todas coincidieron en dar la victoria a Santos Saúl Álvarez Barragán, pero hubo algunos abucheos para el tapatío durante el 12° round por los constantes abrazos con GGG, justo cuando la gente esperaba que ambos se fueran con todo por el nocaut, pero al kazajo ya no le daban las piernas y el mexicano pareció no querer arriesgar.
