Uno se jugaba la vida y el otro solamente mantenerse en ritmo pensando en la Champions League. El partido de este domingo entre Cádiz y Real Madrid fue un subibaja de emociones para los locales, que le hicieron un valiente partido a los monarcas españoles, pero el aguafiestas llegó a mil kilómetros de distancia por culpa del Vasco Aguirre con el Mallorca en la lucha por el no descenso.
El marcador lo abrió Mariano Díaz, el hispano-dominicano que hacía año y medio no anotaba con los Merengues. Fue apenas al minuto 5 tras una jugada espectacular de Rodrygo Goes, quien con el cierre de temporada que está teniendo seguramente está en la mente de Carlo Ancelotti para tener minutos en la Final de la Champions el 28 de mayo, probablemente como amuleto de recambio porque así le metió los dos goles al Manchester City.
Como lo dijimos, el Cádiz se jugaba la vida y no tuvo más que lanzarse por todo ante el ya campeón de España. La osadía les dio recompensa en el minuto 37 con gol de Rubén Sobrino, quien aprovechó un mal despeje de Militao para meter el balón en la escuadra ante la estirada de Andry Lunin, el portero suplente de los blancos que sería protagonista más adelante.
Y es que en el segundo tiempo, el meta ucraniano cometió un penal que podía haberle significado casi la salvación al Cádiz. El veterano Álvaro Negredo ejecutó, pero Lunin atajó a mano izquierda y después evitó un contrarremate con buen manotazo. Ahí prácticamente se acabaron las esperanzas de los locales.
Mordiéndose las uñas, los aficionados vivieron al filo los últimos minutos. El estadio era un hervidero para alentar a los suyos en la búsqueda del triunfo, aunque sabedores de que un empate ante el poderoso Madrid no era mal negocio porque dominaban su destino para la última fecha, pero el Mallorca del Vasco Aguirre los dejó helados al derrotar sobre la hora al Rayo Vallecano.
Cádiz cerrará la temporada contra el descendido Alavés con la obligación de ganar y que el Mallorca (con los mismos 36 puntos, pero ventaja en el duelo directo) empate o pierda en cancha del Osasuna de Pamplona.