Miguel Cabrera alcanzó los 3.000 imparables durante una tarde de fin de semana frente a los fanáticos que le adoran en el estadio de su propio equipo.
Para el astro venezolano de los Tigres de Detroit, fue un momento apropiado por la magnitud del logro. Es muy probable que se tenga que esperar mucho tiempo para ser testigos de una hazaña similar.
En una era de siderales cuentas de ponches y promedios de bateo a la baja, son escasos los jugadores que se perfilan para llegar a los 3.000 hits en el futuro cercano.
De hecho, las primeras semanas de esta semana han servido para ratificar cómo las actuales tendencias en el béisbol podrían incidir en cuáles hitos podrían ser alcanzados por los peloteros más destacados.
Entre los jugadores activos, el próximo en la tabla histórica de hits es Robinson Canó con 2.631. El dominicano cumplió una buena actuación con los Mets de Nueva York en la abreviada temporada de 2020, pero se perdió todo el curso de 2021 al purgar una suspensión por dopaje. Canó cumplirá 40 años en octubre.
Entre jugadores que se encuentran en el momento tope de sus carrera, José Altuve (31 años, 1.783 hits) asoma con posibilidades, pero el venezolano no ha acumulado 170 en una temporada desde 2017. Esa fue la última vez que disputó más de 146 juegos. Y Altuve acaba de entrar a la lista de lesiones por un problema en la corva.
Algo que ayudó a que Cabrera llegase a los 3.000 hits fue que debutó en las mayores cuando tenía 20 años. Se trata de la misma edad del bautismo el año pasado de Wander Franco, la estrella de Tampa Bay. El dominicano ha conectado 103 hits en sus primeros 85, pero incluso si Franco acaba en el Salón de la Fama, pues tardará mucho tiempo para que esté cerca del umbral de los 3.000 imparables.
¿Y Mike Trout?
Las lesiones han mermado la producción de hits del mejor pelotero de su generación. De promediar 169 hits entre 2012 y 2017, el jardinero apenas promedió 95 imparables entre 2018 y 2021. Sólo pudo participar en 36 juegos el año pasado.
Su gran total es de 1.433 hits en 12 años de carrera. Tiene 30 años, nueve menos que Cabrera. Trout ha sacado cuentas y ve poco probable entrar al club de los 3.000.
“Nada que ver”, dijo Trout. “Son muchos hits. “Hay que poner muchos números, año tras año. Es algo increíble”.
Algo que rema en contra de Trout es que los pitchers le temen, así que que recibe muchas bases por bolas. Ha liderado tres veces la Liga Americana en ese rubro y promediando 99 boletos entre 2012-19.
Juan Soto, quien debutó a los 19 años, afrontaría la misma situación. El dominicano suma 500 hits desde su estreno en 2018. Lideró las mayores con 145 boletos el año pasado, 34 más que su perseguidor más cercano.
La barrera de los 500 jonrones es la que está más al alcance. Nelson Cruz registra 451, y aunque ha comenzado lentamente este año, no se puede descartar al dominicano de 41 años. Cuando la campaña de 2008 culminó, Cruz tenía 28 años y apenas había sonado 22 jonrones en su carrrera, así que el hecho que esté tan cerca de los 500 demuestra la potencia de su bateo a una edad tan avanzada.
En cuanto a los lanzadores, el hito de las 300 victorias es una utopía actualmente. Y las cifras de ponches también se han vuelto difíciles de alcanzar, dado que los abridores de cartel ya no lanzan la misma cantidad de innings que en el pasado. Max Scherzer y Justin Verlander, sin embargo, ya excedieron los 3.000 ponches. Con 37 años, Scherzer es el más joven de los dos. Acumuló 236 ponches el año pasado, y tiene 3.043 en su carrera.
Sería pedirle demasiado a Scherzer llegar a los 4.000 — un número conseguido por apenas cuatro lanzadores. Pero los 3.500 podrían ser algo más realista, y ello le dejaría entre los 10 primeros de todos los tiempos.