Cinco horas y 14 minutos le tomó a Boston superar a Tampa Bay en un duelo que se enredó de tal manera que sólo pudo definirse con un proyectil a las tribunas. Christian Vázquez inclinó la balanza a favor de Medias Rojas 6-4. A las dos novenas les costó fabricar la rayita decisiva en los extra innings, ambos dejaron a corredores olvidados en los senderos antes de que el cátcher puertorriqueño noqueara a las Rayas.
La kilométrica sesión de auténtico béisbol de playoffs duró 13 capítulos y dejó como saldo a los patirrojos arriba 2-1 en la Serie Divisional.
Tampa Bay aprovechó el único descuido que presentó Nathan Eovaldi. Austin Meadows sacudió un tablazo directo a las tribunas que encontró a Wander Franco en los cojines.
Boston respondió al golpe de inmediato, Kyle Schwarber ni siquiera dejó trabajar a Drew Rasmussen, el primer pitcheo del abridor acabó en las gradas del jardín central.
El derecho perdió el control, en el tercer inning le pegaron tres sencillos consecutivos, el último trajo la segunda rayita de los locales. El manager Kevin Cash acudió a su bullpen para apagar el fuego, Rafael Devers también produjo carrera tras conectar otro imparable.
Enrique Hernández se ha convertido en la figura de la postemporada para los patirrojos, el boricua continuó encendido al bat. Le pegó tan fuerte a una pelota que no sólo superó al ‘Monstruo Verde’, la mandó hasta la calle.
Mientras los visitantes comenzaron a gastar brazos de su bullpen desde temprano, Eovaldi se asentó, después de su despiste inicial volvió a tener a un corredor en posición de anotar hasta el quinto capítulo.
Su línea concluyó en cinco innings retirados, tres hits permitidos, dos carreras aceptadas y eliminó por la vía de los strikes a ocho rivales. La misión de preservar la ventaja cayó en un staff de relevistas que padeció de altibajos en toda la campaña.
El novato Wander Franco sigue impresionando con su producción a los 20 años. Inauguró el octavo tramo con un proyectil solitario. Las Rayas entraron en confianza, Meadows le siguió mediante un doblete.
Randy Arozarena se encargó de igualar la pizarra, el cubano conectó un doblete remolcador. Por más que Enrique Hernández corrió, la esférica picó, el lance del patrullero fue inútil.
Nueve entradas fueron insuficientes para definir al ganador del juego 3, el drama se extendió hasta los extrainnings.
Tanto Boston como Tampa Bay pudieron finiquitar el partido temprano, en los senderos dejaron a peloteros veloces como Alex Verdugo y Randy Arozarena.
Vázquez le encontró una pelota a Luis Patiño en el décimo tercer rollo, el júbilo inundó a la ciudad de Boston.