SAO PAULO (AP) — El delantero argentino Sergio Agüero expresó sus dudas de que pueda llevarse a cabo la Copa América mientras la pandemia de coronavirus continúa galopante en la región, apenas horas después de que el presidente brasileño Jair Bolsonaro insistió en los planes de albergar el torneo.
El martes, Bolsonaro dijo que los gobernadores de cinco estados brasileños han accedido a que se disputen ahí partidos del certamen sudamericano de selecciones, que debe inaugurarse el 13 de junio.
Pero el “Kun” Agüero y el sindicato internacional de futbolistas FIFPRO no están convencidos de que el certamen deba realizarse.
La CONMEBOL, ente rector del fútbol sudamericano, anunció el lunes a Brasil como anfitrión del torneo luego que Argentina desistió por una segunda oleada del virus en el país.
Colombia, que iba a ser coanfitriona del certamen con Argentina, pidió el 20 de mayo que el torneo se pospusiera ante la situación sanitaria. La CONMEBOL rechazó la petición y se negó a realizar el torneo en Colombia, en el marco de una ola de protestas contra el gobierno del presidente Iván Duque.
Agüero consideró correcta la decisión de CONMEBOL, de mudar el torneo fuera de Argentina. Pero no se mostró muy convencido de que Brasil sea una buena opción.
“Si está complicado (en Brasil) es que no se puede jugar… Nosotros como jugadores queremos jugar, está claro, y el tema es buscar un buen lugar para que se pueda jugar… No hay tiempo, ya se perdió el año pasado. Y entonces hubo un año para ver dónde se puede hacer y lo que podía llegar a pasar, pero esto cada mes, dos meses va cambiando todo”, comentó el futbolista ante periodistas que lo entrevistaron a su llegada a Buenos Aires.
FIFPRO advirtió que tiene “serias preocupaciones con el proceso seguido para reubicar la Copa América” a Brasil.
“No sólo se ha hecho con muy poco tiempo de anticipación, sino que la sede alterna lidia con un número alarmante de casos de COVID-19”, indicó la organización gremial en un comunicado. “Esta decisión podría tener implicaciones graves para la salud de los futbolistas profesionales, el personal y el público en general”.
El sindicato afirmó que apoyará a cualquier jugador que decida retirarse del torneo por motivos de salud o seguridad. Originalmente, la Copa América debía realizarse en 2020, pero se aplazó un año por la pandemia.
“Tal como ocurrió con las competiciones previas de selecciones nacionales durante el periodo de emergencia por el COVID-19, los jugadores deben tener la capacidad de priorizar su propia salud y la de sus familias sin el riesgo de sanciones”, recalcó FIFPRO.
También la Asociación Colombiana de Futbolistas Profesionales, Acolfutpro manifestó preocupación por el traslado de sus agremiados a Brasil.
“Así como lo han expresado los referentes de otras selecciones suramericanas, los integrantes de la Selección Colombia nos han manifestado su preocupación por el intempestivo cambio de sede del torneo teniendo en cuenta la complicada situación sanitaria que presenta Brasil debido a la pandemia”, señaló la Acolfutpro. “Estas decisiones de la Conmebol generan incertidumbre entre los futbolistas, no sólo por el riesgo que significan para su salud, sino por la tranquilidad y garantías que requieren todos los actores para el desarrollo normal de la competición”.
Bolsonaro y su gobierno enfrentan también críticas por parte de congresistas locales y expertos sanitarios por la decisión de montar el torneo en un país que tiene la segunda mayor cantidad de decesos de COVID-19 en el mundo.
Alejandro Domínguez, presidente de CONMEBOL, anunció cuatro ciudades como subsedes: Río de Janeiro, Brasilia, Cuiabá y Goiania. Tres de esas ciudades albergaron encuentros del Mundial de 2014.
Domínguez explicó que los estadios donde se realizarán partidos se darán a conocer “a la brevedad”.
“Estaremos realizando los partidos en esas ciudades con toda la seguridad posible, sin la presencia de público, con protocolos sanitarios rígidos y alineados con las autoridades sanitarias”, dijo Domínguez mediante un video difundido por internet, en el que agradeció a Bolsonaro por “la eficacia en la toma de decisiones”.
Luiz Eduardo Ramos, el jefe de gabinete de Bolsonaro, había puesto en duda la celebración del certamen el lunes, pero cambió de postura el martes.
“Se confirma la Copa América en Brasil. ¡Ganó la coherencia!”, dijo Ramos. “Brasil recibe partidos de la Copa Libertadores, la Copa Sudamericana, así como de los campeonatos estatales y nacionales. No podía darle la espalda a un torneo tradicional como éste”.
El estado de Sao Paulo, que cuenta con la infraestructura futbolística más moderna en el país, se negó a recibir partidos de la Copa América. El gobernador João Doria, rival de Bolsonaro, dijo en un comunicado que “los científicos mostraron que realizar el torneo en este momento enviaría una mala señal” en los esfuerzos por frenar el virus.
Más de 463.000 personas ha fallecido por COVID-19 en Brasil, sólo por detrás de Estados Unidos. Los expertos anticipan otra oleada del coronavirus a fines de junio. Muchos hospitales tienen más del 80% de sus salas de cuidados intensivos ocupadas por contagiados.
El sábado se registraron multitudinarias manifestaciones en más de 80 ciudades contra Bolsonaro, quien enfrenta una investigación por el manejo de la crisis sanitaria.
La CONMEBOL anunció que la Copa América en Brasil será inaugurada el 13 de junio y la final se disputará el 10 de junio, manteniendo el mismo formato.
La Confederación Brasileña de Fútbol no respondió de inmediato a consultas de The Associated Press.
En tanto, las selecciones sudamericanas se encuentran entrenando para afrontar desde el jueves un doble fecha de las eliminatorias de la Copa del Mundo.
Como otras competiciones continentales, la Copa América se iba disputar originalmente en 2020, pero la pandemia forzó su postergación.
Legisladores y dirigentes de partidos políticos amenazaron con recurrir a los tribunales por la decisión de Bolsonaro de traer el torneo. Algunos de ellos redoblaron sus gestiones en la investigación en el Senador por la respuesta del presidente frente a la pandemia.
El senador Renán Calheiros apeló el delantero Neymar en la sesión del martes.
“Neymar, quiero decirte algo. No apoyes esta Copa América en Brasil. No necesitamos este campeonato ahora”, señaló Calheiros. “Necesitas anotar algunos goles para cambiar este marcador”.
Apenas el 11% de la población de Brasil ha recibido las dos dosis de la vacuna, según la organización “Our World in Data”, que lleva la estadística mundial de la inoculación.
El jefe de la investigación, el senador Omar Aziz, se expresó en contra del torneo. El país fue la sede de la Copa América en 2019 y su selección se coronó campeona.
“Si Brasil gana esto, ¿servirá para cambiar esta situación? No tenemos nada que celebrar y mucho de lamentarse”, dijo Aziz.
El senador Eduardo Girão, aliado de Bolsonaro, fue una de las pocas voces que defendió la decisión.
“Se ha politizado enormemente el torneo”, dijo Girão. “Deberíamos celebrar que la Copa América regresa. No es un torneo cualquiera”.