Luego de siete semanas de temporada, Buffalo es el equipo que más puntos anota, el que menos puntos permite, el que más balones intercepta, el que consigue más yardas por aire, el que permite menos yardas por tierra.
La idea está clara. Los Bills son buenos, muy buenos.
Además, está el hecho de que Josh Allen ha lanzado al menos cuatro pases de touchdown en cada uno sus dos partidos como local esta campaña y que el entrenador en jefe de los Bills (5-1) Sean McDermott tiene marca de 3-0 en encuentros de domingo por la noche y 5-0 saliendo de su semana de descanso.
La suma de todo eso da como resultado una montaña muy difícil de escalar para un equipo como los Packers de Green Bay, sumidos en una racha de tres derrotas consecutivas. Por lo mismo, no es de sorprender que el quarterback Aaron Rodgers enfrente en Las Vegas el mayor margen de desventaja en su carrera, con 10,5 puntos.
Rodgers está en territorio desconocido. Encabeza una ofensiva que promedia apenas 15 puntos en sus cuatro derrotas, el ataque aéreo de Green Bay, insignia de Rodgers y el equipo durante años, es apenas el 17mo de la liga.
Y si los Packers han logrado mantenerse de alguna manera en la contienda es gracias a una defensiva que es la tercera mejor en eficiencia de tercer down.
La marca de 3-4 de los Packers y el mal sabor de boca entre sus aficionados se reducen a una sola palabra: Ejecución.
“Cuando tienes problemas con la ofensiva, tienes que ver todos los aspectos, los detalles, y ha habido demasiados errores mentales”, declaró Rodgers el miércoles. “No soy un robot. Pienso que las personas en esta sociedad tienen problemas para escuchar la verdad en algunas ocasiones, así que voy a exigir cuentas a los muchachos”.
Si bien el rival que tienen enfrente es formidable, también representa una oportunidad única para que Green Bay empiece a darle vuelta a su temporada. Después de todo, los Packers tienen 13 victorias consecutivas en horario estelar bajo la tutela del coach Matt LaFleur.
Si eso no fuera suficiente, Rodgers tiene el segundo mejor rating en la historia en horario estelar desde la fusión de las ligas en 1970, con 106,5 puntos. El único detalle es que Josh Allen es el primero con 108.6.