MIAMI (AP) — La única aparición de Avisaíl García en el Juego de Estrellas fue justamente en el estadio de los Marlins de Miami. Reside en la ciudad desde hace años. El venezolano considera a Miami como su casa.
Dicho eso, aún tenía que superar el examen de Derek Jeter.
Fue durante un desayuno con García hace un par de semanas cuando Jeter necesitaba asegurarse que el jardinero de 30 años realmente entendería lo que significa incorporarse a un equipo en reconstrucción, rodeado de un núcleo joven y que cree está a punto de alcanzar su potencial.
“Quería verle los ojos”, dijo Jeter.
Al miembro de la Salón de la Fama le gustó lo que vio. El miércoles, los Marlins presentaron oficialmente a García en el Marlins Park, recibiendo su gorra y una franela con el número 24. También abrieron las puertas al dominicano Sandy Alcántara, el as de su rotación abridora y otro beneficiario de un nuevo contrato con el equipo en días recientes.
“Es obvio que quería estar aquí”, dijo Jeter, presidente de los Marlins, sobre García. “He lidiado con mucha gente toda mi vida y creo que soy bueno para juzgar el carácter en cuanto a si alguien me está diciendo la verdad o no y pude ver en sus ojos que estaba emocionado con la posibilidad de venir aquí. Eso es lo que quieres escuchar”.
Los Marlins finalizaron el miércoles los últimos flecos del acuerdo con García, de 53 millones de dólares por cuatro temporada, y con la posibilidad de un año de opción. Un día antes había cerrado el pacto con Alcántara por cinco años y 56 millones con opción para un sexto año.
Con un paro laboral en ciernes, los Marlins estuvieron ocupados. García se sumará a su quinto equipo, al que se une tras conectar 29 jonrones y 86 remolcadas — topes personales — con Milwaukee en 2021.
“Me siento bendecido, por poder jugar con un equipo que te gusta, estar en casa con mi familia”, dijo García. “Es una bendición”.
“Amo demasiado a Miami”, remarcó.
La gerente general Kim Ng, el dueño Bruce Sherman, Jeter y Alcántara se pararon el miércoles en el estrado en el parque bajo una pantalla gigantesca y con un mensaje.
“Aquí está nuestro as”, decía el letrero.