El Atlas será un justo finalista por lo hecho en el torneo, pero con polémica por la manera como consiguió el boleto a la serie por el título. Independiente de las formas, los Rojinegros capitalizaron su buena campaña al perder 1-0 con Pumas este domingo por la noche en la Final de Vuelta, cuando se beneficiaron del 1-1 global, en una noche dramática.
Es así que los Zorros volvieron a una Final, luego de que no la disputan desde 1999, cuando cayeron contra el Toluca y extendieron así su racha sin títulos, pues el último de Liga lo consiguieron en 1950.
El cuadro de Diego Cocca tuvo un cierre a lo Atlas, mantuvo a los casi 43 mil aficionados con los nervios de punta, pero logró el objetivo, los Pumas intentaron y se recuperaron de un primer tiempo malo, y en el segundo dieron pelea.
Pero el Atlas mantuvo el orden defensivo que lo caracterizó en todo el torneo, y supo sacar adelante y ahora aunque muchos no lo creían, está en la gran Final, y recibirá el duelo de Vuelta.
Atlas con la ventaja en el marcador comenzó mejor, de hecho tuvo varias en la primera parte que atajó el guardameta, Alfredo Talavera.
Siempre la sociedad Julio Furch-Julián Quiñones dándole resultado a los pupilos de Cocca, y así se gestaron los dos primeros avisos.
Corría el minuto 8, Furch a Quiñonez, el colombiano la dejó a Jairo Torres, quien soltó el disparo y lo mandó por un lado, al 10’, fue el argentino con un remate a las manos de Talavera, aunque ya se había marcado posición adelantada.
Siguió al 11’ otra llegada, Jairo metió al área y Quiñones no alcanzó el esférico, y or más que barrió no pudo cerrar la pinza.
Los de la UNAM respondieron con un centro al 15’ sobre Juan Ignacio Dinenno, y aunque el delantero buscó recentrar primero apareció Hugo Martín Nervo para despejar el peligro.
Siguió el Atlas, Jairo Torres intentó otra de gol en una jugada con poco ángulo, aún así el atlista se las ingenió, soltó el riflazo y atrás estuvo atento Tala para sacar con las extremidades inferiores.
Los capitalinos ofrecieron poco y los Rojinegros eso lo aprovecharon.
Julio Furch hizo un disparo al 34’ que le desvió la zaga universitaria y al 35’, en una jugada muy futbolera, Aldo Rocha la culminó con una chilena que se quedó cerca de entrar al irse por encima, ya el portero visitante no llegaba.
Antes del descanso, Rocha no llegó a un balón recuperado por Furch al 39’, mientras que Pumas hizo un tiro al 40’ cuando Diogo de Oliveira recibió de Fabio Álvarez, bajó de pecho y mandó en balón por un lado.
La parte complementaria comenzó igual. Furch-Quiñones inquietando a lo de la UNAM, y el Emperador hizo un tiro desviado al 54’ en una gran jugada del colombiano, quien se metió al área y cedió a su compañero.
Cuatro minutos después la chance fue para el colombiano. Julián recibió el balón de la cabeza de Furch, controló y soltó un riflazo que se quedó a nada de meterse.
Quiñones, de gran partido, dejó la cancha entre aplausos al 70’ por una dolencia, lo hizo en el carrito de las desgracias y se bajó del mismo con problemas para caminar
Pumas descontó al 76’ por conducto de Dinenno, quien aprovechó un error de Camilo Vargas, al soltar el balón en un disparo lejano de Efraín Velarde, el colombiano no se pudo levantar, el argentino no erró y la mandó a guardar para hacer el 1-0.
Inmediatamente la tuvo Atlas, Furch se quedó a nada de anotar, pero en lugar de mandarla a guardar al 77’ sacó el esférico.
La tensión se ponía a su máximo nivel en la casa del Atlas. Pumas con un gol más estaba en la Final, por eso la afición atlista apoyó aún más a su equipo.
Al 87’, se pidió un posible penal a favor de Pumas, por lo que se revisó la jugada en el VAR, pero no hubo marcación y siguieron las acciones.
En el frenesí del final, Pumas intentó puros balonazos al área en espera del agún remate milagroso, pero no se dio. En cambio, uno de esos balones terminó con una patada de Dinenno a Nervo la tratar de hacer una chilena y por este motivo se ganó la tarjeta roja.
En la parte final se agregaron 9 minutos, donde el Atlas se aferró al empate en el global, y terminó el duelo con una gran dosis de nervio.