No hay maldición que dure más de 100 años, y la del Estadio de la Ciudad de los Deportes ya quedó en olvido. Atlante se coronó en la Liga de Expansión jugando como local en ese inmueble y lo hizo con autoridad derrotando a Tampico Madero 3-0.
Bien dicen que la venganza es un platillo que se sirve frío y así fue como el Atlante encontró la revancha de hace un año cuando también estos dos equipos se vieron las caras en la Final, que había terminado sin goles en el duelo de ida.
Los Potros fiel a su estilo sufrieron, vivieron el juego al límite ante una Jaiba que por momentos los complicó y puso a prueba los reflejos del Gansito Hernandez.
El primer tiempo fue igual al partido de Ida, muy trabado con pocas ocasiones de gol pero en esta mitad los visitantes mostraron que los nervios de una Final les podían pasar factura, sobretodo a nivel defensivo.
El buen futbol llegó sobre los últimos minutos del primer tiempo, ahí fue cuando los dos equipos se quitaron el nervio y comenzaron a atacar. Tampico Madero avisó estrellando el balón en el travesaño y luego los Potros respondieron con goles.
En el complemento el Atlante se adueñó de la pelota y el Tampico de los errores defensivos y es que dos pifias de la zaga fueron las que hicieron que los Potros marcaran en dos ocasiones a través de Ramiro Costa.
La primera anotación del argentino fue en un contragolpe donde Costa que llegó solo frente al portero para aniquilarlo, y en el segundo solo tuvo que empujar el balón que robó dentro del área Escobar.
A la fiesta azulgrana le faltaba algo y eso era el gol del hijo pródigo, el Hobbit Bermúdez y este llegó a los 77 minutos rematando de cabeza dentro del área chica y luego el Gansito Hernández se volvió a vestir de héroe atajando el penal a 10 minutos del final.
El Estadio Azulgrana explotó como tenía mucho que no lo hacía con estos Potros, equipo que ha sufrido mucho y que a un año y medio de su regreso a la capital, ya le regalaron a su noble afición un campeonato, el primero en esta categoría desde que descendieron en 2014.