En seis outs, los Astros pasaron de sufrir la tensión cercana a la derrota a convertirse en una máquina de fabricar carreras que terminó por aplanar a los Medias Rojas. Un duelo dramático se convirtió en paliza. 9-2 se impusieron.
Once bateadores de Houston desfilaron en el noveno inning y dejaron un racimo de siete rayitas. Los pitchers de Boston los maniataron durante gran parte del juego, pero en los últimos dos les cayeron a palos. La Serie de Campeonato se encuentra 2-2.
La pirotecnia que ha caracterizado los choques entre ambas novenas continuó. Alex Bregman le dio a la novena texana su primera ventaja después de 18 entradas tras dar un leñazo solitario.
Ante la falta de serpentineros abridores por lesiones o bajo nivel, los visitantes apostaron por Zack Greinke. Con dos outs se metió en aprietos, le dio un pasaporte a Rafael Devers, luego Xander Bogaerts conectó un láser de 413 pies que acabó en la calle.
La paciencia del mánager Dusty Baker en el veterano no duró mucho, en el segundo inning regaló un pasaporte e inmediatamente le pidió la pelota. Su actuación duró 1.1 capítulos. A partir de allí, la misión de congelar a los maderos de unos encendidos patirrojos recayó en el bullpen.
Después de anotar 38 carreras en los primeros tres desafíos, esta vez los lanzadores impusieron su ley hasta que llegó la recta final. Con la tranquilidad de tener ventaja 2-1 en la serie, Nick Pivetta recibió su primera oportunidad de abrir en estos playoffs.
Tras la sacudida inicial, entró en plan dominante. Llegó a tener una racha de seis retirados en fila. Cumplió en cinco entradas sobre la lomita de las responsabilidades.
Los protagonistas se estancaron en un duelo de pitcheo. Houston logró mantener bajo control a los pupilos de Alex Cora, Enrique Hernández, quien ha sido la figura de Boston, vivió su noche más discreta en la postemporada, pegó un imparable en sus cinco oportunidades. El mexicano Alex Verdugo se fue en blanco.
El marcador se volvió a mover hasta el octavo inning. José Altuve atacó el primer lanzamiento del recién ingresado Garrett Whitlock y lo depositó en las gradas. Únicamente ha pegado dos imparables en los cuatro choques, pero ambos han sido cuadrangulares. La euforia bajó de decibeles.
2-2 llegó la pizarra a la novena entrada. Nathan Eovaldi subió al montículo con apenas dos días de descanso, permitió que se le embasaran un par de bateadores, Jason Castro pegó el hit remolcador que comenzó el desfile de anotadas.
El desgaste le pasó factura al serpentinero. Michael Brantley vació los cojines, Carlos Correa trajo otra más. 11 bateadores tomaron turno en el noveno inning, lo que era una batalla de poder a poder, acabó en tunda.