La trágica muerte del piloto francés Jules Bianchi durante el Gran Premio de Japón de la Fórmula 1 en 2014 marcó un antes y un después en la seguridad del deporte motor con la introducción del Halo, un dispositivo de seguridad creado para proteger la cabeza de los pilotos, especialmente ante otros elementos.
Bianchi impactó a una alta velocidad contra una grúa que operaba en el circuito de Suzuka rescatando a otro competidor. El piloto francés, protegido de la Academia de Ferrari, se incrustó con el vehículo de auxilio provocando graves daños físico y falleciendo el 17 de julio de 2015.
De ese incidente la Federación Internacional de Automovilismo aprendió lecciones y creó el Halo, un dispositivo criticado en el inicio porque se consideraba poco estético, con algunos pilotos señalando que iba en contra del riesgo inherente del deporte motor.
Casi cinco años después de su introducción el Halo ha salvado vidas, especialmente mostró ser útil durante el fin de semana del Gran Premio de la Gran Bretaña de la F1 2022 en dos momentos: en el incidente del chino de Alfa Romeo, Guanyu Zhou, pero también en el del israelí Roy Nisanny ocurrido en la Fórmula 2 donde el dispositivo fue golpeado por el neumático del piloto Dennis Hauger.
¿Cuándo se introdujo el Halo?
El dispositivo llegó a las pistas en la Fórmula 1 en la temporada 2018 y de ahí se trasladó a las categorías de desarrollo como la Fórmula 2 o Fórmula 3 para evitar que elementos como un neumático o un impacto frontal pudieran dañar la cabeza del piloto.
Para llegar a esta solución la Fórmula 1 estudió otras alternativas como el Aeroscreen desarrollado por Red Bull, un dispositivo con una pantalla de protección que rodea a todo el cockpit del piloto con una fortaleza similar a la que se puede encontrar los vidrios blindados.
Los competidores que lo probaron se quejaron de mareos como consecuencia de la distorsión de la visibilidad al momento de utilizarlo en la pista.
Aunque la F1 decidió no adoptarlo, la serie estadounidense IndyCar sí lo tienen hasta hoy en día para evitar tragedias como el neumático que golpeó la cabeza de Justin Wilson en agosto de 2015 cobrando su vida.
El dispositivo Halo está construido con titanio aeroespacial, similar al que se utiliza en los transbordadores gracias a la resistencia que ofrece. Se trata de muchos kilogramos que permiten la creación de una pieza de siete kilos.
El objetivo de utilizar titanio aeroespacial en la fabricación del Halo se debe a la gran cantidad de peso que debe soportar. En la parte superior debe resistir el peso de 12 mil kilogramos, el equivalente al peso de un camión de dos pisos de los que transitan por la ciudad de Londres. La misma fuerza debe resistir en los laterales durante un periodo de cinco segundos.
El tiempo podrá parecer poco, pero el momento del impacto puede durar tan solo un segundo, además de que la fuerza no se mantiene constante durante todo el incidente.
El Halo es montado sobre tres soportes, dos de ellos en los laterales de la cabina y uno enfrente. Esto brinda una solidez para resistir el impacto.
Para permitir su uso en cada uno de los monoplazas es necesario sobrepasar las pruebas de impacto establecidas por la FIA. Si un elemento no lo hace tendrá oportunidad de repetir el test una vez que se hayan solventando los problemas. Cada pieza es sometida a un estricto control para garantizar su fortaleza en caso de un accidente.
Pero en la Fórmula 1 cualquier pieza no solo debe cumplir con la seguridad y, si es posible obtener una ventaja aerodinámica de ella se hará y así sucede con el Halo.
Los equipos de F1 han encontrado la forma de volverlo un alerón más para la distribución del flujo del viento sin perder sus cualidades de seguridad. Por ejemplo, es posible observar pequeños alerones curvos sobre la estructura original, en forma de navaja, para influir en la aerodinámica.