BUENOS AIRES (AP) — Entre las moles de cemento de Buenos Aires, emerge un mural de Diego Maradona con una casaca de la selección de Argentina, el puño derecho apretado y un gesto desafiante en su rostro.
La obra artística de 45 metros de alto y 40 metros de ancho, pintado sobre la medianera de un edificio de 14 pisos de la capital, es uno de los tantos homenajes que los argentinos le dedican a su “Dios” futbolístico a pocos días del inicio del mundial de Qatar, el primero tras su muerte el 25 de noviembre de 2020.
Hay una inevitable sensación de orfandad entre los fanáticos de la Albiceleste mientras se replican las imágenes de las gestas y derrotas de Maradona con la casaca de su país, desde los recordados goles ante Inglaterra antes de conquistar el título en el mundial de México 1986, la final fallida ante Alemania cuatro años después y el dopaje que lo expulsó de Estados Unidos 1994, entre otras.
El reconocido artista callejero Martín Ron emprendió el proyecto del mural más grande del mundo dedicado al Diez y se inspiró en una fotografía del capitán de Argentina captada justo después de cantar el himno en la final ante Alemania en el Mundial de 1990, que luego perdió 1-0.
“Es la foto de Diego cuando estuvo más cerca de ganar las tres estrellas para el país”, dijo Ron a The Associated Press durante un descanso en su trabajo que inició hace un mes. Además de 1986, Argentina también obtuvo el Mundial 1978, que no jugó Maradona. “Esta foto resume lo que era Diego. Más allá del jugador, era la garra, el empuje, el corazón”.
A un costado, Ron pintó una constelación de estrellas que evocan un barrilete en referencia al apodo de “barrilete cósmico” que un reconocido relator radial le puso a Maradona tras el segundo gol contra los ingleses en 1986, elegido como el mejor en la historia de los mundiales.
“Se va a sentir la ausencia, Diego siempre fue figura. En todos los mundiales hacía de las suyas, dentro y fuera de la cancha. Y en Qatar lamentablemente no va a estar”, comentó Ron.
El mural de Ron se inauguró el 30 de octubre en coincidencia con la fecha de nacimiento del astro.
Días atrás, la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) recibió la casaca original que vistió Maradona en la final del mundial 1986. Fue un obsequio del legendario astro alemán Lothar Matthäus, quien intercambió camisetas con Maradona al descanso de la final que Argentina ganó 2-1 en el Estadio Azteca de México.
“Uno de los momentos más felices con él fue cuando (el árbitro brasileño) Arppi Filho tocó el silbato de la final en México. De casualidad yo estaba muy cerca de Diego, tuve la suerte de que me abrazó primero que todos”, lo recordó el exfutbolista Ricardo Giusti durante un reciente evento junto a otros excampeones del mundo en el predio de selecciones nacionales de Ezeiza.
“Lo disfrutamos tanto, todo el mundo lo disfrutó a Diego. Esto es lo triste. Nos da mucha pena, tristeza, desilusión”, reflexionó el ex mediocampista.
La donación de Matthäus significó una reparación para Argentina luego de la fallida subasta de la casaca que Maradona portó ante Inglaterra en los cuartos de final de México 1986. Un desconocido extranjero se quedó con la reliquia deportiva a cambio de 9 millones de dólares, valor récord, en una subasta de Sotheby en mayo.
Entre las postales de Maradona en los mundiales también hay momentos menos gratos.
En 1994 disputó su último partido de un Mundial ante Nigeria por la fase de grupos. Dio positivo el control de dopaje que se realizó tras la victoria 2-1 y recibió una suspensión de 15 meses.
Como entrenador de Argentina y de Lionel Messi, su heredero, mordió el polvo también contra Alemania, derrotado 4-0 en los cuartos de final de Sudáfrica 2010.
Una de las imágenes más perturbadoras fue la de un Maradona excedido de peso y algo desorientado que se desvaneció en un palco del estadio de San Petersburgo tras el agónico triunfo 2-1 obre Nigeria por la primera ronda del Mundial 2018.
Maradona falleció a los 60 años durante una internación domiciliaria tras una cirugía en la que se le extrajo un edema craneal. La justicia investiga si hubo negligencia de los médicos que lo atendieron.
“Se lo extraña, la imagen de Diego ha sido, es y será muy fuerte”, coincidió Carlos Tapia, otro de los campeones en 1986. “Fue nuestro referente, capitán, todo. Siempre estuvo cerca de cada uno de nosotros. Esperemos que desde arriba nos pueda iluminar en Qatar”.