Apuntes perdidos aviso clasificado: Apela a su derecho

Apuntes perdidos aviso clasificado: Apela a su derecho

Por Marco Antonio Domínguez Niebla

Quiere trabajar, recuperar su vida. Siempre jugó beisbol, es lo que sabe hacer. Las nuevas generaciones, sin embargo, encontrarán lejana la referencia de aquella temporada cuando en 2003 contendió por el Cy Young con los Chicago White Sox.
Su nombre, apenas en febrero de 2018, fue noticia internacional.
“El ex pitcher mexicano Esteban Loaiza fue arrestado por tráfico de drogas en San Diego, al ser encontrado en posesión 20 kilos de cocaína con la intención de distribuirla”.
Diciembre de 2021: “Fue muy difícil para mí. El tiempo que estuve encerrado supe quién estaba conmigo y quién no”, declara en una entrevista con Heriberto Muñoz de Periódico Frontera, primera que concede apenas cuatro meses después de cumplir su condena en una prisión californiana.
“Agradezco a los fans el apoyo que me dieron, estando en una situación tan difícil ”, ataja.
La charla toma el rumbo sobre el que navega la actualidad del protagonista de publicaciones deportivas (en algún momento más remoto), así como de publicaciones del corazón (en algún momento más reciente): “(Estoy) tratando de empezar de nuevo con los niños para darles clínicas de beisbol, eso me va a ayudar a enfocarme”.
En su natal Tijuana ofrece trabajos “enfocados a bateo y pitcheo”, en alianza con una academia dedicada a formar niños beisbolistas. Ahí se realiza la entrevista. “Salí con bien y ahora a echarle ganas”, contesta dispuesto, amable, distinto a sus épocas de gloria cuando se expresaba con monosílabos, mirando en dirección opuesta al interlocutor.
Del pasado reciente, no opina. Pero solicita la confianza de los padres que decidan contratar el paquete “clínica con el grandes ligas”. “No estuve involucrado, nunca lo he hecho, nunca lo hice, no puedo hablar de esos temas…”, se limita a responder.
El lanzador que transitó por varias organizaciones de Grandes Ligas durante 14 temporadas enfrentando a los mejores bateadores del mundo, hoy, a los 49 años y más distante que nunca del beisbol profesional, está dispuesto a regresar a los campos donde se convirtió en promesa infantil y juvenil, ahora para enfrentar a los mejores bats de las ligas locales de aficionados. “Quiero empezar a jugar beisbol los fines de semana en Tijuana”.
Antes de despedirse, de nuevo el anuncio dirigido a jefes de familia (“$2,000 mil pesos por niño”, precisa el promocional que circula en redes sociales). El mensaje también es enviado a modo de recta para los patrocinadores de equipos amateurs en la frontera mexicana: “Están mis contactos en redes sociales, si quieren que trabaje con ellos estoy disponible, nomás llegamos a un buen acuerdo, un buen entendimiento, para poder trabajar”.
“Soy una persona humilde, no soy de otro rango, de otro nivel, soy normal”, se auto describe el hombre que alguna vez alcanzó ganancias por 50 millones de dólares -según reportes de medios como Los Ángeles Times-, mientras revisa su Instagram en espera propuestas.

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