PARÍS (AP) — Coco Gauff alcanzó su segunda final en Roland Garros al vencer a la local Loïs Boisson 6-1, 6-2 el jueves, poniendo fin a la sorprendente y llena de sorpresas carrera de una francesa que ingresó al torneo como comodín y está clasificada en el puesto 361.
La número dos Gauff ahora enfrentará en la final del sábado a la número uno del mundo Aryna Sabalenka.
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Sabalenka ha ganado tres torneos de Grand Slam y consiguió la oportunidad de pelear por su cuarto al poner fin a la racha de 26 victorias consecutivas de Iga Swiatek en el Abierto de Francia. La victoria de Sabalenka por 7-6 (1), 4-6, 6-0 en las semifinales impidió que Swiatek se convirtiera en la primera mujer en ganar cuatro campeonatos consecutivos en París.
Este será solo el segundo enfrentamiento entre la número uno y la número dos en la final femenina del Abierto de Francia en los últimos 30 años.
También es una revancha de la final del Abierto de Estados Unidos 2023, en la que Gauff venció a Sabalenka para reclamar su primer gran trofeo a los 19 años.
Gauff fue subcampeona ante Swiatek en Roland Garros en 2022.
Para disgusto de los aproximadamente 15.000 locales que apoyaban a su compatriota en un día lluvioso bajo el techo cerrado en la cancha Philippe Chatrier, el partido entre Gauff y Boisson no fue muy competitivo como era de esperarse dada su clasificación y poca experiencia.
Sin embargo, eso no impidió que Boisson eliminara tanto a la número tres Jessica Pegula como a la número seis Mirra Andreeva en su camino para convertirse en la primera mujer desde 1989 en llegar a las semifinales en su debut en un Grand Slam.
Por más vocal que fue la multitud, cantando repetidamente el primer nombre de Boisson, el juego de Gauff también habló por sí mismo, ya que se llevó 20 de los primeros 30 puntos para una ventaja de 4-0. Ese patrón se mantuvo y al final, Gauff había reclamado 34 de los 51 puntos que duraron al menos cinco golpes.
Lo más notable de la victoria de Sabalenka fue la forma en que dominó en los momentos cruciales, avanzando rápidamente en el último set.
“Quiero decir, 6-0”, dijo. “¿Qué puedo decir? No podría ser más perfecto que eso”.
¿La explicación de Swiatek?
“Perdí un poco mi intensidad”, dijo. “Simplemente no pude contraatacar”.
Con el techo de la cancha Philippe Chatrier cerrado en un día lluvioso, no hubo viento ni otros elementos en contra de las jugadas y ambas produjeron un tenis magnífico por momentos. Pero al final, la diferencia fue que cuando Sabalenka decidió golpear con fuerza, apresuró a Swiatek a cometer errores.
Esta estadística lo dice todo: el tercer set incluyó 12 errores no forzados de la raqueta de Swiatek, y ninguno de Sabalenka.
“Se siente increíble, pero también entiendo que el trabajo aún no está terminado”, dijo Sabalenka, una bielorrusa de 27 años que le arrebató el primer puesto del ranking WTA a Swiatek el pasado octubre.
Así continúa una racha difícil para Swiatek, una polaca de 24 años, que no ha llegado a ninguna final desde que se llevó su tercer trofeo consecutivo —y quinto título de Grand Slam— hace 12 meses en París. Recientemente cayó al número 5 en el ranking.
Su mala racha incluye una sorprendente eliminación en las semifinales de los Juegos Olímpicos de Verano 2024, que se disputaron en Roland Garros. Luego fue suspendida por un mes después de dar positivo por una sustancia prohibida; su explicación fue aceptada de que el resultado fue involuntario y causado por un medicamento contaminado.
Sabalenka es, indudablemente, lo mejor que hay en el tenis femenino en este momento.
Incluso antes de llegar a esta final, sus seis apariciones en partidos por el título este año son la mayor cantidad para una mujer antes del Abierto de Francia desde Serena Williams en 2013.
Y su tenis de primer golpe, siempre una amenaza en superficies más rápidas, es claramente bastante útil también en la arcilla más lenta. El sábado, los golpes generados por su contacto con la pelota resonaron en toda la arena.
“Ella no dudó”, dijo Swiatek. “Simplemente fue a por ello”.
Aunque Sabalenka rompió en el primer game y pronto lideró 4-1 —momento en el que Swiatek miraba a su entrenador, Wim Fissette, en las gradas, esperando algún tipo de consejo que pudiera cambiar las cosas—, esto no fue un camino de un solo sentido.
Swiatek terminó liderando 5-4 en ese set, pero cuando llegaron al desempate, Sabalenka se impuso. Hizo lo mismo en el set final.
Los fanáticos parecían estar principalmente apoyando a Swiatek, tal vez con la esperanza de ver un poco de historia, y rompieron en cánticos de “¡I-ga!” con bastante frecuencia. Eso podría haber molestado a Sabalenka, porque después de golpear un ganador de devolución, agitó sus brazos ante la leve reacción, como diciendo: “¡Oye! ¡Yo también estoy aquí! Y soy la número uno. ¿Qué tal si envían algo de apoyo por aquí?”
