El uso de la bebida alucinógena ayahuasca por parte del mariscal de campo de los Packers de Green Bay, Aaron Rodgers, durante un viaje de temporada baja, no se considera una violación de la política de drogas de la NFL.
Rodgers discutió en “The Aubrey Marcus Podcast” la semana pasada cómo se fue a un retiro a Perú en 2020 y en el que consumió ayahuasca, antes de la tercera de sus cuatro temporadas en la que se lleva el premio al Jugador Más Valioso de la Liga.
La ayahuasca se define como una bebida psicoactiva originaria de América del Sur y se utiliza a menudo con fines religiosos, rituales o medicinales.
El portavoz de la NFL, Brian McCarthy, dijo ayer que no habría provocado un resultado positivo en la prueba ni en las políticas de abuso de sustancias ni de sustancias para mejorar el rendimiento negociadas colectivamente por la NFL y su asociación de jugadores.
El Milwaukee Journal Sentinel informó por primera vez el comentario de McCarthy.
Rodgers dijo en el podcast que el retiro a Sudamérica le dio “un aprecio profundo y significativo por la vida” y agregó que “regresé y supe que nunca volvería a ser el mismo”.
Rodgers dijo que creía que la experiencia ayudó a trazar el camino para su éxito ese año.