«A Diego lo mataron», declaró categórico a los periodistas el abogado Rodolfo Baqué, al aseverar que el campeón en el Mundial México 1986 era tratado por una afección cardíaca, pero a la vez recibía medicamentos psiquiátricos que le aceleraban el pulso.
Además, según el abogado, Maradona sufrió una caída y cuando la enfermera pidió hacerle una tomografía, uno de sus allegados lo descartó para evitar los comentarios de la prensa.
La enfermera, que estaba de guardia el día en que murió Maradona, acudió este miércoles ante la fiscalía de San Isidro, a las afueras de Buenos Aires, por ser sospechosa de homicidio junto a otros seis miembros del equipo médico que atendía al exfutbolista.
Madrid (36), al igual que el resto del equipo médico que cuidaba a Maradona, es investigada bajo el cargo de «homicidio simple con dolo eventual», un delito con una pena de 8 a 25 años de cárcel.
La fiscalía entiende que Maradona recibió una atención «deficitaria» por parte de los integrantes del equipo médico que, aunque sabían que podía morir, no hicieron nada para evitarlo.
Madrid era la enfermera de Maradona durante el día. El enfermero que lo cuidaba de noche, Ricardo Almirón, abrió la ronda de declaraciones indagatorias el lunes y reveló anomalías, al asegurar que nunca había sido notificado de que el paciente padecía cardiopatías.
Maradona falleció el 25 de noviembre de 2020, a los 60 años, debido a una crisis cardiorrespiratoria mientras estaba solo en su cama en una casa del barrio privado San Andrés, al norte de Buenos Aires, donde se recuperaba de una cirugía de la cabeza por un hematoma subdural.
Hay una responsabilidad de los médicos tratantes (…) En el fondo hubo muchas alertas de que Maradona, un día antes o un día después, iba a fallecer. Y ninguno de los médicos hicieron algo para evitarlo», aseveró Baqué en una pausa de la audiencia de declaración indagatoria de Madrid, que se extendió por casi diez horas.