México ofreció otra actuación irregular, las tres en Marbella dejaron sabores agrios, sin embargo, se ganó. Eso se le tiene que reconocer al equipo de Jaime Lozano.
El Tricolor batalló en los primeros tiempos, pero la gasolina les duró más que a sus rivales, eso les sirvió para superarlos físicamente y futbolísticamente. Australia fue rudo, pegó mucho, pero los aztecas terminaron sobreponiéndose a todo.
El 3-2 fue el resultado con más goles de la gira. La brújula se encontró. Es tiempo de análisis.
Cómo sufrió México en su gira, pero le sirvió a Jaime Lozano para darse cuenta del nivel de cualquier selección en los Juegos Olímpicos, también para que necesita refuerzos, los que dan la edad y los mayores.
Australia fue un hueso duro de roer. Los Socceroos pegaron. El juego fue rocoso. México como en sus dos anteriores partidos batalló para tejer acciones de peligro. Los australianos se sintieron a gusto con lo lodoso del juego. Un despiste de José Juan Macías en el área originó el penalti con el que los Socceroos se fueron al frente en el marcador. Daniel Arzani engañó a Luis Malagón y abrió la cuenta.
Lo mejor para el Tricolor fue que empató rápido. Australia se distrajo un momento. El Canelo Angulo pidió el balón en un tiro libre y con la zaga desubicada pudo vulnerar a Ashley Maynard. El jugador de Chivas es el futbolista que más ha destacado en la gira en España, su lugar en Tokio está asegurado.
Jesús no puede solo. El resto del equipo tardó en conectarse. El Jimmy Lozano puso en la mitad del campo a Fernando Beltrán, José Esquivel y Alan Cervantes, mucho músculo. Lo que faltó fue creación.
Macías adelantó se notó desesperado, solo. El delantero rojiblanco parece que se quedó en el camino y no va a estar en los Juegos Olímpicos.
Australia amoldó el juego a su modo. Los roces y discusiones se incrementaron en todo el campo. Panos Armenakas y Erick Aguirre se confrontaron cerca de la línea de banda. Muñóz González llegó a separarlos y amonestó a los dos.
Esas confrontaciones se repitieron mucho. Los Socceroos supieran pegar y provocaron desesperación en México.
El partido se minó, no encontró fluidez. Lo mejor fue respirar e idear otra manera de jugar.
Jaime cambió piezas en el entretiempo. Gilberto Sepúlveda, Alejandro Zendejas y Eduardo Aguirre entraron a la batalla.
México apenas iba a intentar ir al frente, pero en ese instante Luis Malagón se equivocó en un tiro de Caleb Watts y provocó que Australia recuperara la ventaja.
Tras su yerro el portero del Necaxa estuvo titubeante, dos balones que no supo cómo despejarlos merodearon las piernas de los australianos. El nerviosismo de Luis fue evidente. Esas acciones pueden reforzar la idea de llevar a otro portero más experimentado a la justa olímpica. Memo Ochoa está a la espera.
En el mejor momento de los australianos Kevin Álvarez con un tiro cruzado por el lado derecho igualó el marcador. México tuvo el mérito de reaccionar pronto las dos veces que estuvo abajo.
Los golpes siguieron, Alan Cervantes y Jesús Angulo tuvieron percances con los australianos, sobre todo con Anthony Kalik. Las tarjetas amarillas regresaron.
Gray Van Egmond supo que era momento de enfriar el juego y comenzó a hacer cambios.
Las nuevas piezas de los Socceroos no embonaron. El cansancio también los perjudicó.
La gasolina se les terminó a los de Oceanía. México aceleró y de un momento a otro se apropió del balón.
Los ataques aztecas crecieron. Alejandro Zendejas desbordó por el lado derecho, vio a Lalo Aguirre en el área y le envió un balón a media altura. El Mudo no iba a perdonar la única ocasión que tuvo para rematar, Eduardo con un cabezazo le dio la vuelta al marcador.
El Tricolor vio cerca el triunfo, se dedicó a mantener el balón y esperar el final de la ríspida batalla.
Hubo más cambios sin repercusión. El tiempo terminó. México batalló, pero supo ganar en su tercer y último juego de preparación en Marbella.