PINEHURST, Carolina del Norte, EE.UU. (AP) — Tiger Woods inició el Abierto de Estados Unidos con un birdie para quedar en números rojos y en la cima de la clasificación. Un recuerdo a hace 25 años cuando el fenómeno del golf estaba en su plenitud, disputando su primer campeonato nacional en el campo Pinehurst No. 2.
Los siguientes 17 hoyos fueron un contraste del jugador que fue en algún momento y del que es ahora.
Woods controló la pelota excepcionalmente bien, solventado estrechos fairways bordeados en cada lado por césped y tuvo un par de putts largos para par. Pero también sumó demasiados golpes descontrolados en un campo que demanda precisión y olvidó por momentos su fino toque para terminar cuatro sobre par y 74 golpes en la primera ronda.
Fue la 12ma ronda consecutiva en la que no tiene algo mejor que par, arruinada con cinco bogeys en siete hoyos.
“Fue un poco conservador en algunos finales. Pero también, no le pegué bien a la bola”, explicó Woods. “No es donde quería estar en esos hoyos”.
Para ser justos, el afamado campo de Donald Ross puede ser injusto por momentos.
Woods mando varios tiros que hubieran terminado en birdie en casi cualquier otro campo, pero que aquí rodaron por fuera del green y quedaron varados en áreas complicadas.
Aún así Woods evitó números altos el jueves y aunque podría haber tenido una ronda de par o algo mejor, el tres veces campeón del US Open se mantiene en contención para superar el corte.