PARÍS (AP) — Novak Djokovic aún no gana un título esta temporada. Ni siquiera ha alcanzado una final. Su calendario de torneos ha sido más liviano a lo habitual y su récord es de apenas 14-6 previo al Abierto de Francia.
Así sintetizó el domingo su panorama con miras a Roland Garros: “Bajas expectativas y altas esperanzas”.
¿Y cuán bajas son esas expectativas? Bueno, estamos hablando de Novak Djokovic, el dueño de 24 títulos de Grand Slam, incluyendo su tercero en París hace un año, y ser el jugador con más semanas en la cima del ranking en la historia. Su definición de esa frase difiere mucho con respecto a muchos otros.
“Cuesta hablar de ello. Es muy subjetivo. Me da hasta algo de pena hablar de mis expectativas. Todo lo que no sea el título no es satisfactorio. Siempre ha sido”, señaló el serbio. “Podría sonar arrogante para mucha gente, pero creo que tengo una carrera que lo respalda”.
Y así es. Es por eso que Djokovic, quien cumplirá 37 años el miércoles, entiende mejor que nadie que lo ocurrido este año no significa que no sea capaz de dar un vuelco cuando sea el momento de la verdad. Sus rivales, como Casper Ruud, se mostraron de acuerdo con ese análisis.
“Para mí, aunque Novak no ha tenido el mejor año como típicamente suele tener, o el mismo nivel, creo que sigue siendo el favorito”, dijo Ruud, dos veces subcampeón del torneo. “Es el primer preclasificado, con 24 Slams en su carrera, así que si hay alguien que pueda reencontrar su mejor forma, casi que seguro es él”.
Djokovic viene de perder en las semifinales en el Abierto de Ginebra, un ATP 250 que normalmente se anotaría en la víspera de un major. Mencionó tras esa derrota que padeció molestias estomacales. Y previo estuvo una derrota en la segunda ronda en el Abierto de Italia, con el extraño episodio de la botella de agua de un espectador que le golpeó la cabeza, algo que precedido por una derrota ante Rudd en las semifinales del Masters de Montecarlo.
Sumando la derrota ante Jannik Sinner en las semifinales del Abierto de Australia a inicios de año, se trata de apenas la segunda vez desde que Djokovic ganó su primer título ATP en 2006 que llega a Francia sin haber alcanzado una final en algún torneo previo.
“La verdad es que me afecta, que los cinco meses que llevo este año no han sido buenos con mi tenis”, admitió. “Por eso trato de enfocarme en el presente para alcanzar mi mejor nivel para poder llegar lejos en el torneo”.