Juan Reynoso, el hombre del destino azul

 Parece cosa del destino, “de un buen destino”… Sólo dos torneos, “máximo 11 meses”, fue el tiempo que estuvo Sergio Markarián en México, pero fue suficiente para que el uruguayo dejara huella y sea recordado ahora, por la final entre Cruz Azul y Santos.

Fue el técnico cementero en aquella serie por el título del Clausura 2008, en la que los laguneros “nos ganaron bien”, recuerda. Fue el iniciador de un cambio generacional en La Máquina, que fue frenado por la directiva. Y es uno de los maestros del actual estratega celeste, Juan Reynoso. “Un hombre al que, desde jugador, se le veía que sería un buen entrenador”, dice, con orgullo.

Todo eso parece juntarse para que el destino, “un buen destino”, acabe en el desfogue del Cruz Azul, que añora una gran victoria desde hace 23 años.

De aquella final, el llamado Mago menciona: “En el juego de ida estuvo la diferencia. Chucho [Christian] Benítez tuvo una gran actuación, fue quien nos ganó, junto con [Daniel] Ludueña. Nosotros llegamos con mucho esfuerzo, y tuvimos otras victorias internas que no fueron bien valoradas, creo yo”.

Antes de llegar a México en 2007, Markarián arribó a Perú (1993) para dirigir al Universitario de Deportes; ahí conoció a un tal Juan Reynoso.

Fue figura, gran profesional, muy responsable. Cuando accede a su carrera de entrenador, yo dirigía a Perú y tuvimos una relación. Me da alegría que haya llegado a la final y ojalá que Cruz Azul pueda hacerse del título con él”, desea.

Desde entonces, “se le veían la clase y la necesidad de aprender. En un ambiente tan especial como el de Perú, se significó. Emigró a México, hizo gran campaña con Cruz Azul, participó del último campeonato y será emblemático que le dé un título más como entrenador. Es una cosa del buen destino”.

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