La segunda parte del calendario de la Fórmula Uno se mantiene en Europa, lo que generará un desgaste en los pilotos y staff de los equipos. La pandemia del Covid-19 no cesa en los países europeos y la crisis sanitaria obliga a que las escuderías encuentren la forma de realizar la temporada de la mejor manera posible.
Los pilotos que no viven tiempo completo en el mencionado continente —como el mexicano Sergio Pérez, de Red Bull, por ejemplo— recibieron permisos especiales para no tener complicaciones migratorias durante la gira.
En el caso de los equipos que se dividen en dos países, como el caso de Haas (Inglaterra e Italia), necesitaron rearmar su logística para tampoco tener inconvenientes, por lo que movieron gran parte de su maquinaria a la isla británica.
Julio y septiembre son los meses de mayor actividad en esta parte de la agenda, en pleno verano caluroso en Europa. Los Grandes Premios de Austria, Gran Bretaña y Hungría se realizarán en un lapso de cinco semanas, previo al descanso vacacional —que también sirve para analizar lo hecho en la campaña, el futuro de la organización, renovar o terminar relaciones con los pilotos—. Posteriormente, se correrá en Bélgica, Países Bajos, Monza (Italia), Rusia y Singapur: cinco carreras en 38 días.
Los volantes han sido críticos con el aumento de carreras desde que Liberty Media adquirió la Fórmula Uno. A pesar del desgaste, en la máxima categoría se ha extendido, sobre todo, un año después de la campaña 2020, con pérdidas millonarias por los eventos cancelados y los que se realizaron sin aficionados.
El verano pinta muy ocupado para la máxima categoría del automovilismo, previo a su gira por América, Oceanía y Asia que cierra la temporada. También falta que varias de las sedes europeas definan si tendrán un aforo limitado en sus eventos.