El RB19 es tan potente al mando de Max Verstappen que en el Gran Premio de Australia se impuso en la pista casi toda la carrera, hasta que una bandera roja en la vuelta 56 opacó su triunfo porque generó un final desastroso con el resto de las escuderías.
El piloto neerlandés ganó este accidentado Gran Premio que se tuvo que parar en dos ocasiones, la última dejando un caos.
En la vuelta 56, Kevin Magnussen de Haas chocó con la barrera y dejó algunos restos de su vehículo en la pista. Esto motivó que el director de carrera eligiera la bandera roja, que mandó a todos a salir de la parrilla para las dos vueltas finales.
Como era de esperarse todos quisieron sacar ventaja para mejorar su final, pues el sprint era una opción real de rebasar. Pero todo esto provocó un último accidente que dejó penalizado a Carlos Sainz, el abandono de Fernando Alonso y un choque entre los dos monoplazas de Alpine.
En ese último reinicio, el de la vuelta 58, fue todo tranquilo ya que la FIA intervino y solicitó que los 12 coches aún en competencia terminaran la carrera sin rebases.
El abandono de Leclerc en la vuelta 1 y luego la salida de Alex Albon en la vuelta 9 ayudaron a la estrategia de Verstappen para poder tomar la punta y no volver a soltar desde la vuelta 10; todo mientras Checo Pérez escalaba posiciones tras arrancar en los pits.
Verstappen había quedado rezagado en el arranque de la carrera, pero entre los accidentes y la primera bandera roja, fue suficiente para que Red Bull pudiera tomar el primer lugar rebasando a Lewis Hamilton de Mercedes, quien amenazaba con dar batalla.
Sin embargo, Verstappen dominó toda la carrera e incluso era tal su ventaja que llegó a tener más de 10 segundos de diferencia con el británico.
Checo Pérez y su buena carrera
Checo Pérez por su parte también aprovechó los accidentes para ir ganando posiciones y rebasar hasta que quedó ubicado en la posición 12 tras la vuelta 18. Fue entonces que comenzó su propia carrera para poder quedar en mejor posición, incluso para sumar puntos.
Fue así como remontó posiciones hasta que llegó la batalla contra Lando Norris de McLaren y consiguió superar para llegar al octavo sitio, pero la bandera roja y la carambola de la vuelta 56 lo relegó al lugar 10.
Gracias al reinicio y a tener la vuelta más rápida y a la sanción de 5 segundos a Sainz, Checo Pérez pudo terminar en quinto sitio.
El Gran Premio de Australia fue sumamente accidentado, aunque no hubo nada qué lamentar salvo las molestias por quedar fuera de las competencias. El primero fue Charles Leclerc de Ferrari que se salió en una curva en la vuelta 1.
El segundo fue Alex Albón por una salida similar y finalmente George Russell de Mercedes por un problema en el motor, que incluso se incendió y obligó a usar extintor para apagarlo.
El siguiente en abandonar fue Magnussen de Haas tras chocar contra un muro en la vuelta 56 y rompió la suspensión de la llanta izquierda trasera. Esto provocó la segunda bandera roja que dejó un final caótico.
El colmo llegó tras la bandera roja de la vuelta 56 al reanudarse la carrera con un sprint de reinicio. Esto porque todos quisieron rebasar de último momento y los dos vehículos de Alpine chocaron y de paso se llevaron a otros dos monoplazas, haciendo un desastre de carrera.