PALMA — El Mallorca ha perdido fuelle en su estadio talismán, donde ha sumado más de la mitad (21) de los puntos que tiene en su casillero (32), tras el empate (1-1) ante una Real Sociedad que se presentó en Son Moix dos días después de caer ante el Roma en la Liga de Europa y que perdió a Mikel Merino, expulsado con tarjeta roja directa en el minuto 89 por un pisotón a Abdón Prats.
Carlos Fernández adelantó a los blanquiazules en la primera parte y el surcoreano Kang In Lee empató para los bermellones en el segundo periodo.
Los dos equipos se presentaron con bajas, obligadas en los casos del delantero kosovar Vedat Muriqi, sancionado, y el central eslovaco Martín Valjent, lesionado, en el Mallorca; y por decisión técnica por parte de la Real, que dejó al japonés Take Kubo en el banquillo hasta el tramo final del partido.
El punto es insuficiente para el equipo del mexicano Javier Aguirre, que afrontó el choque tras dos derrotas seguidas (Espanyol y Elche); quizás también lo sea para los ‘Txuri-urdin’ de Imanol Alguacil, inmersos en la lucha por una plaza en la Liga de Campeones.
El Mallorca ya debe empezar a preocuparse por los rivales que le preceden si quiere mantenerse en la zona media-templada de la clasificación. Son Moix ha dejado de ser un fortín donde cayeron de manera consecutiva Atlético de Madrid, Valladolid, Celta, Real Madrid y Villarreal.
En las dos últimas jornadas han volado del estadio del Mallorca 4 de los 6 puntos en juego, circunstancia que empieza a preocupar en el seno del mallorquinismo
El Mallorca salió dormido al terreno de juego y en los primeros minutos los donostiarras aprovecharon una de las dos ocasiones clarísimas que tuvieron para adelantarse en el marcador.
Primero avisó Mikel Oyarzábal, titular tras su suplencia ante el Roma en la Liga de Europa, y después Carlos Fernández marcó el 0-1 con un disparo raso y pegado al palo izquierdo de la portería del serbio Predrag Rajkovic.
Todo ello, ante la pasividad de la defensa mallorquinista y el enfado de Aguirre en la banda.
Obligado a reaccionar, el Mallorca adelantó sus líneas. Careció, no obstante, de ideas para crear peligro ante la meta de Alejando Remiro, exigido solo al finalizar el primer tiempo con un disparo de Tino Kadewere, sustituto de Muriqi, que impactó en el lateral de la red, y un cabezazo del central Antonio Raillo, también desviado.
En la reanudación rectificó Javier Aguirre dando entrada a Abdón Prats y Amath Ndiayé para cambiar el dibujo a un 4-4-2, y también lo hizo su equipo, más dinámico, creyendo más, hasta igualar el marcador por medio de Kang In Lee.
El surcoreano aprovechó un resbalón de Jon Pacheco para regatear a Remiro y marcar a puerta vacía ante el delirio en las gradas.
El choque, roto por momentos, entró en una fase de ataques continuos en ambas áreas entre dos equipos que no se conformaban con el empate.
El colegiado anuló un gol del francés Robin Le Normand al entender que se apoyó en Ruiz de Galarreta al marcar de cabeza, en una acción, muy discutida por los visitantes, aunque también fue refrendada por el VAR.
Con Ángel, un delantero, sustituyendo a Dani Rodríguez, centrocampista, el Mallorca acabó el choque con tres puntas en busca del triunfo, ante una Real que buscó los tres puntos con Mohamed Ali Cho y Take Kubo, sustitutos de Oyarzabal y Dani Silva.
El equipo balear acarició la victoria con un disparo de Amath Ndiayé que se estrelló en los palos, también los donostiarras tuvieron ocasiones, pero el 1-1 en el marcador no se movió.