NUEVA YORK (AP) — Un exdirectivo de ESPN subrayó la manera en que los grandes montos de dinero habrían corrompido al fútbol, al testificar el martes en una corte federal de distrito que la oferta de su compañía para transmitir el Mundial pudo ser saboteada por dos exejecutivos de Fox, acusados de sobornar a dirigentes para socavar las ofertas rivales.
El expresidente de ESPN John Skipper dijo a una corte federal en Nueva York que su empresa y Univision habían pujado conjuntamente con 900 millones de dólares — con ESPN poniendo 400 millones — por los derechos de transmisión de los dos mundiales más recientes, incluido el que concluyó recién en Qatar.
Pese a la oferta cuantiosa de ESPN por los derechos de los torneos de 2018 y 2022, la FIFA los otorgó a Fox, que puso sobre la mesa un monto menor.
La fiscalía alega que información privilegiada permitió a Fox obtener los derechos de transmisión en inglés del torneo por parte de la FIFA.
Los abogados del gobierno dicen que millones de dólares en sobornos alimentaron un sistema de contratos clandestinos sin subasta, que permitieron a dirigentes corruptos del fútbol beneficiarse de distintos ardides y que a la postre llevaron a que Fox transmitiera los partidos.
Los fiscales alegan que los pagos permitieron que dos exejecutivos de Fox —el argentino Hernán López y el mexicano Carlos Martínez— obtuvieran información confidencial de manos de altos jerarcas del fútbol, incluidos algunos de la FIFA. La información ayudó a que Fox asegurara los derechos para las transmisiones en inglés dentro de Estados Unidos, con una oferta de 425 millones de dólares.
Telemundo, una división de NBCUniversal de Comcast Corp., obtuvo los derechos en español por unos 600 millones de dólares.
“Yo estaba decepcionado”, relató Skipper. “De hecho, estaba disgustado”.
Skipper dijo que había supuesto que el mejor postor ganaría. Sin embargo, el proceso se complicó cada vez más, luego que la oferta de ESPN fue rechazada y los dirigentes del fútbol abrieron una segunda ronda de ofertas.
Bajo interrogatorio de un abogado defensor, Skipper reconoció que desconocía si había un entretelón ilegal en el asunto.
Fox Corp., con sede en Nueva York, se escindió de una filial de canales internacionales durante una reestructuración en 2019. Ha negado cualquier participación en el escándalo de sobornos y no figura como acusada en el caso.
Mediante un comunicado, la empresa afirmó que ha cooperado plenamente con las autoridades.
El juicio es el episodio más reciente en un enredado escándalo de corrupción que se remonta a más de una década y que ha involucrado a casi 40 ejecutivos de los medios y del fútbol, así como a sus socios.
El testimonio de Skipper busca corrobar las declaraciones del principal testigo del gobierno, Alejandro Burzaco, quien durante 11 días testificó que él y que los exejecutivos de Fox conspiraron para sobornar a dirigentes del fútbol sudamericano por los derechos de la Copa Libertadores, el máximo torneo a nivel de clubes en el Cono Sur, y facilitar obtener los derechos del Mundial.
Los abogados de López y Martínez aseguran que los exejecutivos se les tendió un trampa. Uno de los abogados defensores acusó a Burzaco de orquestar los sobornos.
Burzaco fue un socio de negocios de López y Martínez, y se desempeñó como presidente de la firma argentina Torneos y Competencias. Ha cooperado en previas investigaciones sobre corrupción en el fútbol tras haber sido detenido en 2015 dentro de un caso de sobornos. Sus detractores aseveran que coopera para evitar ir a la cárcel.
Burzaco se declaró culpable de asociación delictiva y otros cargos. Testificó en 2017 que los tres dirigentes sudamericanos que formaban parte del comité ejecutivo de la FIFA recibieron millonarios sobornos para darle el voto a Qatar como sede del Mundial de 2022.
Skipper dijo que ESPN presentó una oferta inicial de 250 millones de dólares en 2011 por los derechos en inglés para los mundiales de 2018 y 2022. La compañía incrementó la oferta a 400 millones en una segunda ronda.
“Queríamos arrasar (a la competencia) con la oferta”, dijo.
ESPN fue dueña de los derechos audiovisuales del Mundial en Estados Unidos entre 1994 y 2014, transmitiendo el torneo antes que empezara a hacerse popular en el país. La FIFA previamente pagaba para tener un horario de emisión para que los partidos se pudieran ver.
Al crecer la audiencia, el valor financiero del Mundial en Estados Unidos se disparó por igual.
ESPN pagó 100 millones por los derechos de transmisión para las ediciones de 2010 y 2014.