MELBOURNE, Australia (AP) — Incluso con un prótesis de metal en la cadera y problemas de rodilla, Andy Murray logró el martes su mayor victoria en años.
Murray armó una firme ventaja, dejó que desapareciese por completo y salvó un punto de partido contra Matteo Berrettini — que es casi una década más joven y está 50 puestos por encima de él en el ránking de la ATP — antes de imponerse por 6-3, 6-3, 4-6, 6-7 (7), 7-6 (10-6) en un juego épico a cinco sets que duró más de cuatro horas y media en la primera ronda del Abierto de Australia.
“En los últimos años me he cuestionado a mí mismo. Mucha gente ha puesto en duda mi capacidad, si podía seguir rindiendo en los grandes eventos y en los partidos importantes”, dijo Murray, exnúmero 1 del mundo de 35 años que ahora ocupa el puesto 66 del escalafón. “Me siento muy orgulloso de mí mismo tras el partido. Eso no es algo que normalmente a lo largo de los años no he sentido al final de los partidos de tenis”.
Era la primera vez que el británico, con tres majors en su palmarés, superaba a un rival del top 20 en un torneo del Grand Slam desde 2017. Eso fue antes de que pensase que debía retirarse, y de despedir su carrera en Melbourne Park en 2019, cuando cayó en primera ronda un año después de su primera operación de cadera.
Tras una segunda operación en la que se le implantó una prótesis de cadera, Murray decidió intentar seguir jugando. Este tipo de noches era las que tenía en mente cuando siguió avanzando y cuando pasó tres semanas en Boca Ratón, Florida, para entrenar bajo la tutela de Ivan Lendl durante la pretemporada.
Al eliminar a Berrettini, 13er preclasificado y finalista en Wimbledon en 2021, Murray se convirtió en el quinto hombre en la era Open con 50 victorias en el Abierto de Australia, igualando a Novak Djokovic, Roger Federer, Rafael Nadal y Stefan Edberg.
El partido se disputó con el techo de la Rod Laver Arena cerrado por la normativa del torneo contra el calor. Murray saldó los dos primeros sets en menos de una hora y media antes de que Berrettini diese la vuelta al partido para forzar el quinto set.
Con los termómetros superando los 38 grados centígrados (100 grados Fahrenheit), la competición en pistas más pequeñas que no podían cubrirse estuvo suspendida por varias horas. Más tarde, una tormenta volvió a parar los partidos.