Los cambios le vinieron bien a Katie Ledecky.
Se mudó de una costa a otra y recurrió a un nuevo entrenador tras los Juegos Olímpicos de Tokio. Como resultado, la nadadora estadounidense logró otro desempeño espectacular en un Mundial, impuso un par de récords y cerró 2022 obteniendo el premio de The Associated Press como la Mujer Deportista del Año.
Ledecky, quien había obtenido ya este galardón en 2017, superó a su compatriota, la atleta estadounidense Sydney McLaughlin, en la votación, cuyos resultados se anunciaron el miércoles.
Las dos igualaron en puntos totales, pero Ledecky obtuvo la distinción con base en sus 10 votos a primer lugar, contra nueve de McLaughlin. La basquetbolista A’ja Wilson finalizó tercera.
“Sé que muchas grandes deportistas han recibido este honor”, dijo Ledecky. “Estoy realmente contenta por la forma en que transcurrió mi año, y me encuentro emocionada por el futuro”.
Ledecky, quien ganó su primera medalla de oro en 2012 a los 15 años, ha permanecido en la cima de la natación estilo libre durante buena parte de la década.
Ostenta desde 2013 el récord en piscina larga, tanto en los 800 metros como en los 1.500, estilo libre. Rara vez ha enfrentado un desafío serio en cualquiera de esas pruebas.
En el Mundial de Natación de este año en Budapest, Ledecky llegó primera en los 800, con una ventaja de más de 10 segundos Conquistó los 1.500 por casi 15 segundos. Obtuvo además el oro en los 400 metros libres y fue parte del equipo estadounidense que se impuso en el relevo libre 4×200.
Antes de que concluyera 2022, Ledecky añadió dos récords mundiales a su currículum. Impuso las marcas en piscina corta tanto en los 800 como en los 1.500 metros, con una semana de diferencia. Lo logró pese a que casi no compite en piscinas de 25 metros.
Pero Ledecky disfruta incluso más cuando nadie la está ovacionando, cuando trabaja sólo con sus entrenadores y compañeros en las largas horas de entrenamiento.
“Yo podría ser una de las pocas nadadoras a quienes les gusta más el entrenamiento que la competencia”, dijo. “No me malinterpreten, me encanta competir también. Pero disfruto realmente practicar cada día. Me emociono cuando salgo de la cama para entrenar en la mañana”.
El año pasado, después de una actuación olímpica que fue un tanto decepcionante para sus estándares elevados, Ledecky cortó la relación con el entrenador Greg Meehan y con el equipo de la Universidad de Stanford, donde había competido y entrenado desde que se graduó de psicología.
Su prioridad era acercarse aunque fuera un poco a su familia en el área de Washington, D.C. Le despertaba curiosidad el programa que había creado en la Universidad de Florida Anthony Nesty, un astro creciente como entrenador.
Bobby Finke, uno de los pupilos de Nesty en el estilo libre, barrió sorpresivamente con el oro en los 800 y 1.500 metros en Tokio. Otro, Kieran Smith, se hizo de un bronce inesperado.
“Cada día ha sido muy divertido”, afirmó. “Éste es el lugar correcto para que yo esté en este momento de mi carrera. Estoy entrenando realmente bien y aprendiendo mucho en el camino”.
El cambio para trabajar con Nesty en un programa que la hace practicar habitualmente con hombres parece haber llevado a Ledecky a nuevas alturas a sus 25 años.
Nesty dijo que uno de sus retos principales consistía en asegurarse de que Ledecky no entrene demasiado duro.
“Ella necesita entender que, una vez que cumples más años, tu cuerpo cambia”, dijo el entrenador. “Tengo que decirle: ‘Katie, tienes que comprender que ya no tienes 18 años’. El cuerpo se cansa. Cuando te cansas está bien frenar un poco’”.
La mudanza a Florida ha generado otros cambios.
Normalmente algo reservada, Ledecky parece ahora más dispuesta a hablar, incluso a involucrarse en algunos duelos verbales, de índole más bien amistosa, con sus compañeros hombres, de acuerdo con Nesty.
“Este grupo es muy competitivo, divertido, y a veces habla mucho”, dijo. “Parece que esto ha hecho que ella charle más. Hay que estar con nuestro grupo, pienso que la ha hecho un poco más extrovertida”.
Ledecky coincidió.
“Los chicos son los chicos. Les encanta lanzarse retos ente sí”, dijo con una sonrisa. “Yo les hago algunas bromas, los presiono con algunas cosas. Definitivamente me siento cómoda ahora en este ambiente”.
Ledecky enfrentó un programa brutal en los Juegos Olímpicos de Tokio, donde las mujeres compitieron por primera vez en los 1.500 metros libres. Como se esperaba, hizo el doblete en los 800 y 1.500, pero cayó ante la australiana Ariarne Titmus en dos pruebas más cortas de estilo libre.
Debió conformarse con la plata, al llegar detrás de Titmus en los 400 metros. Ni siquiera obtuvo medalla en los 200, al concluir en el quinto sitio, a segundo y medio de la australiana.
Fue la primera vez que Ledecky no culminó una prueba olímpica subiendo al podio.
“Hubo muchas cosas que me hubiera gustado hacer mejor en Tokio”, reconoció. “Pero también me exigí realmente. Nadé los 1.500 en los Juegos Olímpicos por primera vez y también los 200 libres. Los eventos eran incluso en el mismo día, y no creo que nadie más estuviera haciendo esto. Fue un reto que tuve en mi mente por muchos años, algo que quería intentar. No lo lamento”.
El quinto sitio fue ciertamente una anomalía en la carrera destacada de Ledecky.
En tres apariciones olímpicas, Ledecky ha obtenido siete preseas doradas y tres plateadas. En el Mundial, su cosecha impresionante es de 19 oros y tres platas.
Y tiene todas las intenciones de seguir ganando.
Ledecky se concentra ahora en los Juegos Olímpicos de 2024 en París, donde podría competir al menos en cuatro pruebas. Incluso sueña con llegar a la cita olímpica en su país, en Los Ángeles 2028.
Para entonces tendrá 31 años. Pero no percibe un motivo por el que no pueda seguir siendo competitiva a esa edad.
“Siempre me estoy fijando nuevas metas”, aseveró Ledecky. “Disfruto el proceso más y más cada año, todo lo que se requiere para mantenerme en este nivel y para seguir mirando hacia algo que ocurrirá en un par de años”.