Contra pronóstico, con el decimoséptimo de la clasificación, el París Saint Germain perdió dos puntos frente al Reims con un empate sin goles, condicionado por la expulsión de Sergio Ramos al borde del descanso por las protestas por una falta, y sin efecto por el momento en su liderato de la clasificación de la Liga francesa, con tres puntos de ventaja sobre el Marsella, derrotado este sábado, y a la espera del resultado dominical del Lorient, que lo mira a cuatro puntos de distancia.
El PSG falló sin Messi, lesionado. Y con la primera titularidad de Carlos Soler, ya más de un mes después de su incorporación al conjunto parisino desde el Valencia, todavía sin el recorrido en el once que se presuponía de su potencial. Fue reemplazado en el minuto 57 por Neymar, que partió desde el banquillo. También jugaron de inicio Pablo Sarabia, Juan Bernat, Fabián Ruiz y Sergio Ramos. Un París Saint Germain con casi medio once español.
No encontró el triunfo el equipo parisino, que se quedó sin marcar después de haber anotado algún gol en cada una de las primeras nueve citas de la competición.
Ya era noticia que no hubiera batido la portería contraria al descanso el equipo con 19 goles a favor en sus cinco partidos precedentes como visitante en esta edición de la Ligue 1.
Pero no sólo no había marcado ningún tanto, sino que sus ocasiones habían sido esporádicas, una de Fabián Ruiz y otra de Mbappe; había tirado menos que su adversario y se había quedado en inferioridad numérica por la expulsión de Sergio Ramos en el minuto 41.
Sus protestas después de una falta lo amenazaron para la sanción. Primero lo avisó el árbitro, después lo expulsó. Las imágenes de la polémica determinarán qué fue lo que le dijo que instó al colegiado a la tarjeta roja con la que envió a la ducha a Sergio Ramos, titular en el centro de la defensa, y con la que dejó con un hombre menos al líder de la competición, en su noveno partido en diez jornadas en el once titular de su equipo.
No disponía de ocasiones el PSG tampoco al comienzo del segundo tiempo, cuando Christophe Galtier recurrió a Neymar, que entró en el minuto 57 para cambiar la dinámica del partido, con tres opciones del atacante brasileño que terminaron en nada, fuera de la portería contraria, sin alterar el destino del 0-0 del duelo, pero con el plus que aportó el atacante para promover la reacción del equipo parisino. No fue suficiente entre la tensión latente siempre y visible en ocasiones con la que se desarrolló el inesperado tropiezo del líder.