Pumas no suele ser un equipo que invierta demasiado dada su historia de ser un club formador, pero ahora que lo hizo quedó en evidencia que no es una apuesta que se adapte a su ADN, ya que gestó uno de los fiascos más grandes de su historia, realidad divergente a la de Puebla, que nuevamente está en Repechaje, fase a la que no falla de la mano de Nicolás Larcamón.
Con el rimbombante Dani Alves al frente y jugadores que no le han dado nada, como Eduardo Salvio, el equipo auriazul se metió al Cuauhtémoc para perder por 2-1, marcador que acabó en definitiva con sus aspiraciones de al menos jugar repesca. Los 14 puntos con los que le quedó ya no le sirven de nada, más que para sumar para el cociente.
Un Puebla parchado y que en todo el torneo ha lidiado con lesiones de jugadores como Pablo Parra, Fernando Arisguieta, Emanuel Gularte y Gustavo Ferrareis, que además no tuvo esta noche al seleccionado Antony Silva, le demostró a Pumas que cuando hay constancia en un proyecto los resultados llegan.
Sólido a pesar de las bajas, con un esquema bien definido en el que sus velocistas Omar Fernández y Maximiliano Araújo sobresalen, el equipo de Nicolás Larcamón le dio forma a un gran partido en el que todo le salió bien.
Pronto, apenas al minuto 6, los enfranjados enseñaron los dientes con una jugada bien tejida por la banda izquierda que acabó con un centro a Jordy Cortizo, quien con una vaselina movió el marcador.
Con el golpe, los visitantes perdieron el alma y se dejaron llevar, como si lo único que quieran fuera que el juego acabara para lidiar con sus demonios en casa. No hubo reacción y de haber querido su calidad no les daba para incomodar. Murieron de nada, como se dice coloquialmente.
En cambio, los de casa siguieron creando peligro, con Cortizo, Fernández y Araújo imparables. Inclusive el segundo tanto, al minuto 29, fue gracias a la explosión de éstos en una acción que acabó con tiro-centro del último, que acabó por meter Nicolas Freire en su arco.
El segundo tanto fue un bombazo que derribó en definitiva la ilusión felina, ya que no fueron capaces de complicar el triunfo local. Su único consuelo es que ya no recibieron más daño y que tuvieron el control del balón, pero sin saber qué hacer con él.
Interesantes, acaso un disparo de Salvio que inquietó a Jiménez y un desborde que dejó pleno a Diogo para rematar al arco, aunque acabó con un monumental oso, además de un testarazo de Dinenno que apenas se fue por un costado. Por igual, el desparpajo de Ruvalcaba, joven canterano que entró en el segundo tiempo para tratar de maquillar una mala noche.
Puebla se replegó y dejó que los minutos trascurrieran para amarrar tres puntos que los tienen en de nueva cuenta en Repechaje, a pesar del susto que significó el gol de Salvio al 83, a un paso de la que puede ser su quinta Liguilla consecutiva, todo fruto de un proceso bien llevado que no renunció a su espíritu, algo que Pumas sí hizo en un torneo.
