LONDRES (AP) — Si se viera obligado a elegir, Novak Djokovic dijo que se perdería Roland Garros y Wimbledon, renunciando a la oportunidad de igualar o superar el récord de 21 títulos de Grand Slams de Rafael Nadal, antes de vacunarse contra el COVID-19.
Además, el número uno del mundo sigue dolido por su deportación de Australia el mes pasado por una disputa sobre su estatus de vacunación que ha polarizado a la opinión mundial.
En una entrevista con la televisora británica BBC el martes, el ganador de 20 torneos del Grand Slam, señaló que todavía no se ha vacunado y que está dispuesto a sacrificar títulos por seguir así.
Si fuese necesario, no defender sus cetros en Roland Garros y Wimbledon y perderse otros torneos es “el precio que estoy dispuesto a pagar”, afirmó el tenista serbio de 34 años en unas declaraciones que posiblemente reforzarán su estatus de héroe entre algunos antivacunas.
Djokovic dijo que no está en contra de las vacunas y trató de distanciarse de los activistas: “Nunca he dicho que forme parte de ese movimiento”, afirmó.
Pero apuntó que “todo el mundo tiene derecho a elegir, a actuar o a decir lo que considere apropiado para ellos” y que cree en “la libertad de elegir lo que pones en tu cuerpo. Y, para mi, eso es esencial”.
“Intento estar en sintonía con mi cuerpo todo lo posible”, apuntó, añadiendo que siempre ha sido cuidadoso con todo lo que ingiere. “Basándome en toda la información que recibí, decidí no ponerme la vacuna a día de hoy”.
“Entiendo las consecuencias de mi decisión”, declaró. “Entiendo que al no estar vacunado, hoy en día no puedo viajar a la mayoría de los torneos”.
Preguntado por si estaría dispuesto a perderse el Abierto de Francia en mayo, repitió: “Ese es el precio que estoy dispuesto a pagar”.
Y ante la cuestión de si está listo para no participar en Wimbledon, respondió: “Sí”.
“Porque los principios de decisión sobre mi cuerpo son más importantes que cualquier título o cualquier otra cosa”, apuntó.
Djokovic ha ganado Roland Garros dos veces, incluyendo en 2021, y atesora seis títulos en Wimbledon, entre ellos los de las tres últimas ediciones.
Nadal ganó el Abierto de Australia este año y superó a Djokovic y al suizo Roger Federer por un título. Djokovic fue deportado antes de jugar.
El serbio repasó en detalle toda aquella situación en detalle con la BBC y dejó claro su descontento con cómo se resolvió el conflicto.
“Lo que probablemente la gente no sabe es que no fui deportado de Australia por no estar vacunado, o por infringir una norma o por cometer un error en mi declaración de la visa”, contó. “La razón por la que fui deportado de Australia fue porque el ministro de Inmigración empleó su derecho discrecional de cancelar mi visa basándose en su percepción de que podría generar algún sentimiento antivacunas en el país o en la ciudad, con lo que estoy en total desacuerdo”.
La polémica comenzó cuando Djokovic recibió una exención a las estrictas normas de vacunación por parte de dos comités médicos y de Tennis Australia para poder disputar el torneo. Esa dispensa, basada en la evidencia de que había superado el coronavirus recientemente, le permitió aparentemente recibir una visa para entrar al país. Pero a su llegada, las autoridades fronterizas dijeron que la exención no era válida e iniciaron el proceso para deportarlo.
El posterior tira y afloja planteó dudas sobre si Djokovic había recibido un trato especial o fue señalado injustamente por ser una celebridad.
“Nunca utilicé mi estatus de privilegio para entrar a Australia por la fuerza o hacer algo en todo este proceso”, aseguró durante la entrevista.
En un primer momento, un tribunal decretó que, por motivos de procedimiento, podía quedarse, pero el ministro australiano de Inmigración, Alex Hawke, quien tiene amplios poderes, decidió expulsarlo de país más tarde. El gobierno alegó que su presencia podría avivar el sentimiento antivacunas.
“Entiendo que ha habido muchas, digamos, frustraciones por parte de los australianos hacia mí y hacia toda la situación y la forma en la que se abordó”, dijo Djokovic a la BBC. “Me gustaría decir que siempre he seguido las normas”.
Sus amenazas de no presentarse a los dos próximos majors podrían ser inútiles.
Los requisitos que entraron en vigor en Inglaterra la semana pasada permiten que las personas no vacunadas entren al país sometiéndose a pruebas de detección del virus antes y después de su llegada.
En Francia, las normas de vacunación podrían cambiar en los meses previos a Roland Garros, lo que permitiría la participación de Djokovic en el torneo. El país ha empezado a suavizar algunas de sus restricciones sanitarias y de viaje mientras se recupera de un importante repunte de las infecciones impulsado por la variante ómicron del coronavirus, más contagiosa que sus predecesoras.
El gobierno francés dijo la semana pasada que a finales de marzo o principios de abrir podría eliminar el requisito de vacunación que, en este momento, impediría la participación de los tenistas no vacunos en el torneo.
A partir del martes, una persona que no esté vacunada tendrá que demostrar que dio positivo al COVID-19 en los cuatro meses previos — frente al plazo anterior de seis meses — para acceder a recintos deportivos en Francia. La ley gala, que parte de la base de que si lo acaba de pasar tendrá cierta protección, busca impedir el acceso de la gente sin vacunar a estadios, restaurantes, bares y otros lugares públicos.
Djokovic anunció previamente que arrojó positivo en diciembre. Si se mantiene el plazo de cuatro meses podría quedar fuera del cuadro en París, a menos que se vacune o vuelva a contraer la enfermedad antes del inicio de Grand Slam el 22 de mayo.