El escocés Andy Murray, número 102 del mundo, descartó competir este año en la temporada en tierra batida para concentrar todas sus opciones en Wimbledon (del 27 de junio al 10 de julio, sobre césped).
El tres veces ganador de torneos del Grand Slam (Abierto de Estados Unidos en 2012, Wimbledon en 2013 y 2016) confirmó, por tanto, su ausencia en Roland Garros, al que tampoco acudió el pasado año.
Murray, de 34 años, ha tenido problemas para recuperar su nivel de juego, que le encumbró hasta el número 1 mundial en 2016, desde que se sometió a una operación en 2019 por un problema en la cadera.
No planeo jugar sobre tierra batida, puesto que este tipo de terreno agravó mis problemas en los últimos dos años», afirmó el tenista británico a la BBC.
El año pasado casi me pierdo el Wimbledon y estuve cerca de perderme la temporada de hierba», prosiguió Murray.
No correré el riesgo y espero tener una buena preparación para la temporada de césped», concluyó el escocés.
Murray regresará a la competición en el torneo de Róterdam la próxima semana, jugando por primera vez desde su derrota en la segunda ronda del reciente Abierto de Australia.