ABU DABI, Emiratos Árabes Unidos (AP) — Lo único que Max Verstappen había pedido — en múltiples ocasiones — era que los comisarios no interfirieran en la carrera final de la temporada y que la definición del campeonato de la Fórmula Uno se diera con alguna decisión cuestionable.
El deseo no se le cumplió. Pero acabó beneficiado.
La valoración que uno pueda tener de lo ocurrido depende de su criterio sobre el automovilismo deportivo.
¿Es deporte o un mero entretenimiento?
Verstappen conquistó el domingo su primer campeonato mundial en el Gran Gran Premio de Abu Dabi tras rebasar a Lewis Hamilton en la última vuelta de una vibrante temporada. Su décima victoria del año permitió a Verstappen convertierse en el primer neerlandés campeón mundial y le impidió a Hamilton quedar en soledad al frente de la tabla histórica con ocho títulos.
Pero perdurá como una polémica consagración (en Mercedes dirán que viciada), dado el papel jugado por Michael Masi, el director de la carrera, en la confusa definición.
Hamilton aventajaba por casi 12 segundos y en Red Bull reconocían que Verstappen necesitaba de “la ayuda de los dioses”. Esa intervención divina llegó cuando Nicholas Latifi se estrelló cuando faltaban cinco vueltas y todo quedó en manos de Masi.
Con el mundo pendiente, gracias a un flujo de aficiondos seducidos por la serie documental de Netflix, Masi trató de encontrar una solución.
″¡Nada más necesitas una vuelta!”, instó el jefe de Red Bull Christian Horner para que Masi ordenarse sacar a Latifi y darle una última oportunidad a Verstappen de darle alcance a Hamilton.
“Michael, esto no es lo correcto”, se quejó Toto Wolff de Mercedes mientras Masi deliberaba.
Masi pudo tomar partido con Wolff y dejar que la carrera culminase detrás del coche de seguridad para que Hamilton dejase atrás a Michael Schumacher en el libro de récords con una bandera amarilla. O bien pudo lanzar la bandera roja, para que todos los pilotos entrasen a los pits para nuevos neumáticos y poner la verde para un último lance.
El director de carrera titueba al tomar la decisión y, en ese momento, Verstappen se apuró para cambiar por neumáticos más. Hamilton se quedó en pista para preservar la delantera. Massi ordenó retirar a los monoplazas que había sido doblados, con lo que Verstappen y Hamilton quedaron mano a mano para una última vuelta de 5,2 kilómetros
Verstappen dio alcance en la quinta vuelta.
“¡No, Mikey, no!”, vociferó Wolff, quien decidió que Hamilton siguiera con sus neumáticos blandos de Pirelli. ”¡Está mal!”
La última vuelta fue la única en la que Verstappen estuvo al frente durante toda la carrera. Hamilton lideró en 51 de los 58 giros en el circuito de Yas Marina.
Wolff estaba furioso, pero Masi y la FIA hicieron caso omiso de los reclamos.
Masi le respondió por radio: “Toto, se trata de una carrera de auto. ¿OK? Queremos una carrera de autos”.
Mercedes presentó un par de protestas. La FIA precisó de casi cinco horas para desestimarlas y declarar oficial el resultado de la carrera. Mercedes tiene la intención de recurrir al Tribunal Internacional de Apelaciones.
¿Buen entretenimiento?