El Liverpool sacó una victoria agónica sobre el Wolverhampton para ponerse en la punta de la clasificación de Inglaterra y así salvar un partido en el que fuero mejores pero que la puntería no estuvo fina y al final un gol de Origi los hizo sumar tres puntos más.
El empate sin goles parecía demasiado injusto para Liverpool y demasiado premio para Wolverhampton. Los Wolves sufrieron mucho para poder crear llegadas de peligro y los Reds fueron los protagonistas del juego y justo sobe el final marcaron el tanto de la victoria.
La jugada de mayor peligro hasta antes del gol fue desperdiciada por Diogo Jota en el segundo tiempo. El exjugador de los Wolves se plantó solo frente a la portería sin arquero tras un grave error de José Sa y el atacante terminó estrellando el balón en un defensa en la línea de gol.
La insólita falla de Jota bajó las revoluciones del Liverpool y si bien siguieron con el balón en su poder, pero Klopp desde la banca hizo cambios que revolucionaron y se convirtieron en una amenaza para la zaga hasta que llegó Origi que tenía pocos minutos en el campo para marcar.
Raúl Jiménez jugó todo el partido en Molineux, pero no tuvo ninguna jugada de peligro, tal y como ha ocurrido en los últimos duelos del Wolverhampton, pues el equipo solo suma un gol en los últimos cinco encuentros, situación que ya debe preocupar.
El triunfo coloca al Liverpool como líder de la Premier League, aunque está a la espera de lo que haga Manchester City, mientras que los Wolves podrían descender posiciones.
