El británico Tyson Fury y el estadunidense Deontay Wilder intercambiaron este miércoles insultos, en una conferencia de prensa destinada a promocionar la pelea por el título de pesos pesados que disputarán el próximo sábado en Las Vegas, Nevada.
Fury arriesga su cinturón de peso pesado del Consejo Mundial de Boxeo (CMB) en Las Vegas el sábado cuando se enfrente a Wilder por tercera vez, 20 meses después de noquear al estadunidense en su segunda pelea.
En la conferencia de prensa de este miércoles, transmitida en vivo por la televisión estadunidense, brotaron blasfemias y chispas mientras Fury se burlaba de Wilder por las circunstancias de su derrota ante el autodenominado «Rey Gitano» el año pasado.
A medida que las púas aumentaron, el anfitrión de la conferencia de prensa buscó unir a ambos boxeadores para una tradicional mirada cara a cara, solo para que el promotor de Fury, Bob Arum, vetara la confrontación.
Fury y Wilder, quienes se enfrentaron en una conferencia de prensa antes de su primera pelea en Los Ángeles en 2018, fueron sacados del escenario poco después.
Se puso así fin a un encuentro conflictivo en el MGM Grand Garden Arena, que se volvió feo cuando Fury confrontó a Wilder por las acusaciones del estadounidense de que el británico hizo trampa durante la última pelea.
Wilder ha acusado a Fury de manipular sus guantes para la segunda pelea, donde Fury dominó para anotarse un nocaut en el séptimo asalto.
El estadunidense se mantuvo firme en sus diversas afirmaciones de trampa cuando se le preguntó sobre ellas el miércoles. «Me iré a la tumba creyendo en lo que creo», dijo Wilder. «Los hombres mienten, las mujeres mienten, pero tus ojos no mienten lo que ven».
Pero los comentarios de Wilder fueron descartados por Fury como las palabras de una «persona enferma».
Me acusó de todo, acusó al equipo, al entrenador, el traje, las lesiones. ¿A quién más acusó? Oh, sí, a la Comisión Atlética del Estado de Nevada también. Y al árbitro», dijo con ironía Fury (30-0-1, con 21 nocauts).