Apenas es septiembre, la tercera semana de 18 en el calendario regular, pero los Dallas Cowboys parecen tener madera para llegar lejos en la NFL y este lunes por la noche dieron una contundente exhibición contra el único rival que parece poder hacerles frente en la División Este, los Philadelphia Eagles, a los que aplastaron 41-21.
Brillante velada de Dak Prescott en los controles de los Cowboys con tres pases de anotación para objetivos poco habituales como el ala cerrada, Dalton Schultz, en par de ocasiones y uno más a Cedric Wilson, y eso que al mariscal de campo le negaron lo que lucía como touchdown terrestre en la primera mitad.
Otro que tuvo una buena noche en la ofensiva texana fue Ezekiel Elliott, al que desde el inicio de la temporada se le cuestiona porque el suplente, Tony Pollard, parece comerle trabajo. Esta vez, Zeke en 17 acarreos puso 95 yardas y dos ingresos a las diagonales.
Philadelphia jamás entró en ritmo al ataque con Jalen Hurts. De hecho fue su defensiva la que puso los primeros siete puntos al recuperar un balón suelto de Prescott en el end zone para en ese momento empatar el marcador 7-7, pero en cuanto Dallas se puso las pilas ya no pudieron detenerlos y el joven mariscal de Philly sucumbió ante el escenario de un Monday Night lejos de casa.
A Hurts le interceptaron dos veces y con eso la defensiva de los Cowboys es líder en balones recuperados de la NFL, dando lo que parece ser un gran paso hacia adelante respecto al año previo si consideramos que en las dos primeras semanas enfrentaron a ofensivas de élite como los Buccaneers de Brady y los Chargers de Justin Herbert.