Iracundos, los futbolistas de los Tigres reclamaron airadamente al árbitro Fernando Hernández, quien estorbó a Nicolás López en la jugada que terminó con el segundo gol de los Rayados, ese que oficializó la victoria local en el clásico regiomontano (2-0).
Es cierto, el silbante impidió que el ‘Diente’ condujera la pelota, lo que Matías Kranevitter aprovechó para robarla e iniciar la acción que él mismo terminó (90’), pero Hernández se escudó en que no tocó el esférico.
Explosivo final a un duelo que tuvo más patadas que pasión, aunque Javier Aguirre lo festejó con todo, porque sabe que ha ganado el crédito que necesitaba.
A unos cuantos metros, Miguel Herrera personificó al otro lado de la moneda. El Piojo sabe que perder en su debut dentro del clásico regiomontano —como tigre— resulta una afrenta que la gente no olvidará.
Estampas de la edición 126 del pasional duelo entre el Monterrey y los Tigres, ese que los Rayados abrieron gracias al tanto de Alfonso González (13’).
Con André-Pierre Gignac, Nicolás López y hasta Carlos González, el visitante se fue con todo en pos del empate, al más puro estilo de Herrera, pero no le bastó. La falta de lucidez y el talento de Esteban Andrada impidieron la repartición de puntos en el moderno estadio BBVA.
Sin embargo, Aguirre y sus futbolistas deambularon al borde de la cornisa. Por eso, celebraron hasta que Hernández se interpuso en el camino del Diente López y cayó el 2-0.
