BOGOTÁ (AP) — El fútbol colombiano ofreció el domingo un hecho inédito cuando el club Águilas Doradas de Rionegro se presentó a jugar frente a Boyacá Chicó con apenas siete jugadores.
Rionegro quedó diezmado tras reportar que 18 de sus jugadores dieron positivo por COVID-19, además de otros siete que fueron descartados por lesiones.
Recibió a Chico en el estadio de Rionegro, ciudad en el departamento de Antioquia. El puñado de futbolistas del conjunto local exhibió un par de pancartas con las leyendas: “Primero la vida” y ”#JuegoLimpio”.
Pese a la enorme inferioridad numérica, Águilas Doradas no encajó goles durante los primeros 57 minutos, pero finalmente recibieron tres.
La lesión del mediocampista Giovanny Martínez a los 79 — sin la posibilidad de relevarlo — obligó al árbitro a dar por terminado el duelo con el resultado 3-0. Según la reglamentación de la FIFA, cuando un conjunto queda con menos de siete hombres se debe suspender el encuentro.
“Los jugadores fueron valientes, actuaron como héroes”, dijo Fernando Salazar, el principal accionista del equipo en una entrevista con W Radio.
Salazar pidió reiteradamente tanto a la liga Dimayor como a Chicó aplazar el compromiso pero no tuvo éxito.
Según Salazar, el presidente de la liga Fernando Jaramillo había aceptado originalmente considerar la posibilidad de no disputar el encuentro el domingo, pero luego cambió de criterio por supuestas presiones de Chicó, un club amenazado por el descenso.
Jaramillo recordó que los clubes acordaron no posponer partidos y en caso de muchas bajas podrían apelar a los planteles juveniles. Rionegro, sin embargo, liquidó a sus divisiones inferiores.
“La solicitud (de aplazamiento) de Águilas fue denegada por la Dimayor y el argumento principal es que se cuenta con los jugadores de la copa juvenil Sub-20, es una falacia. El presidente de la Federación Colombiana de Fútbol informó que sería imposible realizar esa copa este año, igual que el año pasado, por tema de costos”, publicó Salazar en las redes sociales.