Por Marco Antonio Domínguez Niebla
No sé si ese sea siempre su semblante. Esta vez lucía serio, mirada al vacío. Más que futbolista parecía beisbolista esperando el lanzamiento más próximo para batearlo de inmediato, lo más lejos posible.
Lo descubrí mientras trataba de empatar horarios entre los especialistas buscados y encontrados para tratar el par de temas de interés al momento: las chicas del softbol mexicano nacidas fuera del país y envueltas en la polémica por haber depositado en el cesto de basura más cercano el sacrosanto uniforme nacional proporcionado por una empresa china y que por cierto ni vistieron en competencia pues prefirieron llevar consigo el de la palomita como marca, además del retiro prematuro de la mejor gimnasta del mundo, la norteamericana Simone Biles, de las finales por aparatos en Tokio tal como lo hizo en el concurso all around y por equipo.
Ya instalado ahí a la espera de respuestas, atendí la invitación del Club Tijuana Xoloitzcuintles de Caliente: “la conferencia será con Lucas “Tití” Rodríguez”, tocayo de su compañero de equipo Christian “Tití” Ortiz, quien ocupó días antes el mismo lugar durante una similar rueda de prensa virtual a la cual me fue imposible conectarme.
Empezaron las preguntas, los colegas esmerándose por desarrollar con claridad sus planteamientos, en tanto yo seguía expectante a la respuesta de mis invitados para desmenuzar los asuntos llegados desde Tokio, de los que hablamos todos, aunque poco los entendamos.
Al principio pensé que el primer cuestionamiento no le había parecido porque la respuesta apenas fue murmurada: “Nosotros ya vimos cuestiones del primer partido que tenemos que mejorar, hay que reafirmar cosas, creo que el equipo está muy bien y preparado para hacer un gran partido”.
Desahogado ese punto, tras la derrota inicial contra Tigres y la próxima visita a León, se dispuso a despachar el siguiente cuestionamiento: “Me he adaptado bien, el grupo me recibió muy bien, el Club también.
Estoy muy contento y entrenando día a día para ganarme un lugar”. Para entonces, y pese a que su comportamiento no resulta distante al del resto de sus colegas cuando enfrentan a la prensa, ya había renunciado a mi idea de lanzar alguna pregunta que lo hiciera despertar, mencionar su pasado en uno de los equipos de mayor tradición en Argentina, Estudiante de La Plata, o su paso efímero por la MLS o algo que nos dijera cualquier cosa sobre ese futbolista aún extraño en Tijuana, pero cuanto más avanzaba la comparecencia, mayor parecía el enfado del protagonista y confirmaba aquella frase de “ponerse el cassette”, utilizada en su país cuando un futbolista sigue al pie de la letra el libreto de siempre, las mismas frases, los mismos lugares comunes: “Vine con la mente de ser titular, tengo que adaptarme, entreno todos los días al máximo para darle una solución al técnico sea de arranque o desde afuera”. Y mi teléfono al rescate: Tres confirmaciones.
En una hora el primero de los enlaces para hablar de olimpismo. Me desconecté. Lo reencontré el sábado en León por 45 minutos, los segundos, ya en la cancha y no en la sala de prensa, ya con el balón y sin micrófono, dicen que ahí despierta, arriesga, va por más, que ahí, que es donde debe hacerlo, sí habla. Dicen… A ver si el viernes contra Toluca.
*Las citas textuales han sido tomadas del boletín enviado por el departamento de comunicación de Xolos; no ha sido trabajo de este reportero, quien prefirió evitar el pesaroso trámite de volver a fletarse toda la rueda de prensa para completar esta columna.