El caos organizado del calentamiento en la piscina olímpica

TOKIO (AP) — Cate Campbell era una prodigio de 17 años cuando aprendió a la fuerza de los peligros a la hora de calentar en las máximas competiciones de la natación.

Fue la lección que recibió tras un choque de cabezas con Michael Phelps.

“Iba a todo vapor con una brazada mariposa por el lado equivocado del carril. Chocó directo conmigo que estaba nadando espalda”, evocó Campbell sobre el incidente en el mundial de natación de 2009 en Roma. “Mucha velocidad y potencia en lo que hacía. Lo que pasa es que era alguien que nada muy rápido”.

Campbell salió con el cuello casi inmóvil con tres vértebras golpeadas y una enorme hinchazón en su cabeza.

En sus cuartos Juegos Olímpicos y con cinco medallas en su palmarés, Campbell se sabe de memoria la regla más importante del calentamiento.

“Todos tienen que velar por tus intereses”, afirmó en una entrevista. “A veces es una pesadilla.. Acabas tocando a gente enfrente tuyo, sus pies, o que alguien te toca tus pies. Todo el mundo nada por encima de los de pecho, quienes son un auténtico riesgo”.

Con cientos de nadadores buscando abrirse espacio al mismo tiempo, zambulléndose a la piscina sobre otros, usando snorkels, tablas y otra parafernalia, la rutina puede describirse como caos organizado.

Algo así como el cruce de Shibuya, la emblemática intersección de Tokio que miles de personas atraviesan al mismo tiempo rumbo a diversas direcciones.

En medio de una pandemia, el calentamiento podría ser un peligro para la salud.

“Ahora mismo, estamos más calmados en medio de tanta gente”, dijo el nadador estadounidense Zach Harting, quien competirá en los 200 mariposa. “Estoy vacunado, y eso me pone tranquilo. No ando tenso. Será divertido. Si fuera lo contrario, me salgo”.

Aunque no es una regla que se aplica a rajatabla, la Federación Internacional de Natación sugiere que sólo los atletas programados para competir cada mañana o por la noche salgan a calentar en la piscina principal en los 90 minutos previos a cada sesión. Los demás tendrían que ir a la piscina adjunta, que suele ser igual de caótica.

En la primera sesión prevista para el sábado se disputarán 26 heats distintos en seis pruebas distintas, incluyendo el relevo 4×100 libre. Casi 300 nadadores calentando al mismo tiempo.

En total, casi 1.000 nadadores participan en los Juegos de Tokio procedentes de 200 países.

“No puedes decirle a la gente que no se puede calentar”, dijo Bronte Campbell, la hermana de Cate e integrante de la posta australiana del 4×100 libre, las favoritas que el lunes buscarán conquistar su tercera medalla de oro consecutiva.

La piscina de calentamiento estuvo en el ojo de la tormenta durante el Mundia de 2015 en Kazán, Rusia, cuando el chino Sun Yang protagonizó un encontronazo con la nadadora brasileña Larissa Oliveira y luego no se presentó a la final de los 1.500 libre en la que era el defensor del título.

“Es muy caótico”, dijo el sudafricano Chad le Clos, ganador de cuatro medallas olímpicas. “Me han saltado por encima varias, y yo también lo he hecho. Obviamente todos se lanzan en el primer carril. Pero a veces, si varios nadan muy rápido por debajo el carril, no puedes verles”.

Suelen darse malos entendidos sobre el carril que debe tomarse.

En prácticamente todo el mundo, los nadadores se alinean por la derecha.

Los australianos son de irse por la izquierda en su país, pero siguen la corriente al competir afuera, dijeron las Campbells.

“Yo iba por la derecha y (Phelps) iba por el lado equivocado”, recordó Cate Campbell sobre el choque en 2009. “La culpa fue suya”.

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