Los 28 años de la selección argentina de futbol sin ganar un título importante no influirán en el resultado de la final de la Copa América contra Brasil en Río de Janeiro, dijo el entrenador brasileño Tite.
Los gigantes sudamericanos se enfrentarán el sábado en el estadio Maracaná, y la larga sequía de Argentina vuelve a ser el principal tema de conversación.
El equipo visitante no gana un título importante desde que levantó la Copa América en 1993 y su principal jugador, Lionel Messi, nunca ha levantado un gran trofeo con su selección.
«Eso es pasado. Mirar al pasado no sirve de referencia», dijo Tite. «Estamos invictos en las dos últimas Copas América, tenemos mejores números pero no veo que eso tenga mucha importancia», agregó.
La expectativa y las bromas se han disparado en ambos bandos, como la que el presidente brasileño Jair Bolsonaro le hizo a su colega argentino el jueves de que esperaba que Brasil ganara 5-0. Pero Tite restó importancia a esos episodios.
«Nos enfrentamos a un maratón mental«, dijo. «Nuestro juego es diferente al de la prensa y los aficionados. En cuanto a la preparación, el entrenamiento y la concentración, nos centramos en nuestras prioridades».
«A veces son provocaciones, a veces son bromas, a veces es historia, a veces es sobre los partidos de clubes que los jugadores han jugado entre sí (…) pero no es la esencia, la esencia es el trabajo duro del día a día y la preparación para hacer un buen partido».
Brasil no podrá contar con el sancionado Gabriel Jesús y el lateral Alex Sandro enfrentará una prueba de aptitud a última hora. El defensor Cristian Romero sigue siendo duda para Argentina tras perderse los últimos partidos por lesión.
Tite se mostró tímido cuando fue consultado si tenía previsto marcar a Messi. «Lo sé, pero no te lo voy a decir», le dijo a un periodista, antes de añadir: «no neutralizamos, reducimos sus acciones».