NUEVA YORK (AP) — Yulimar Rojas se encumbró 15,67 metros en el salto triple. Karsten Warholm voló 45,94 segundos en los 400 metros con vallas, mientras que Sydney McLaughlin cronometró 51,46 en la prueba femenina.
Todas actuaciones portentosas — y de récord mundial — en el atletismo de los Juegos Olímpicos de Tokio, aplazados un año por la pandemia de coronavirus.
Para erigirse como la primera mujer venezolana dueña de una medalla olímpica de oro, Rojas aguardó su último intento y mejoró en 17 centímetros la anterior plusmarca mundial que la ucraniana Inessa Kravets había detentado desde 1995.
“Siempre he dicho que la carrera perfecta no existe, pero esto es lo más cerca que he estado de una carrera perfecta”, remarcó Warholm tras la final olímpica en la que pulverizó su récord mundial.
Como si fuera Superman, desgarró su camiseta tras cruzar la meta en el Estadio Nacional.
Fue lo apropiado. Había rebanado 76 centésimas a la plusmarca que apenas un mes antes había establecido en su natal Noruega, y eclipsó el récord que Kevin Young ostentó desde los Juegos de Barcelona 1992.
Los términos superlativos se quedan cortos para describir la final ganada por Warlhom. Derrotó al estadounidense Rai Benjamin, quien debió conformarse con la presea de plata pese a que también rompió el récord mundial. Los cinco corredores que quedaron detrás de ellos fijaron récords nacionales.
¿Y ahora?
Todos buscan nuevos desafíos.
Sin que nadie que le haga sombra, Rojas ya piensa en alcanzar la barrera de los 16 metros. También en incorporar el salto de longitud.
“Estoy hecha para ello”, afirmó la venezolana de 26 años.
LOS ETERNOS CAMPEONES
Exceder los 40 años no fue barrera para contener a varios astros.
Afianzándose como el mejor quarterback de todos lo tiempos y en la primera temporada con un nuevo equipo, Tom Brady llevó a los Buccaneers de Tampa Bay a la victoria 31-9 sobre los Chiefs de Kansas City en el Super Bowl. Conquistó su séptimo campeonato de la NFL a los 43 años.
Con 50 años, Phil Mickelson se convirtió en el campeón más longevo de una de las cuatro grandes citas del golf mundial al llevarse el título del Campeonato de la PGA en Carolina del Sur.
“No hay nada que me impida a mí o cualquier otro para hacerlo a esta edad”, dijo Mickelson. “Nada más que requiere algo más de esfuerzo”.
Helio Castroneves lo captó así. Con 46 años, se convirtió en el cuarto piloto con cuatro victorias en las 500 Millas de Indianápolis.
“Tengo la fortaleza de una araña; a mí me debió haber picado una araña”, dijo el brasileño.
TAN CERCA
Novak Djokovic y Lewis Hamilton remaron por alcanzar hitos en sus disciplinas. Ambos se quedaron cortos en el último acto.
En la final del Abierto de Estados Unidos, Djokovic tenía a la mano el 21er major para dejar atrás a Roger Federer y Rafael Nadal. Con ello, quedaría en soledad en lo alto de la tabla histórica. También podía convertirse en el primer hombre en completar el Grand Slam en un año, proeza que solamente Rod Laver había logrado — la última de dos en 1969.
Pero Daniil Medvedev lo estropeó todo al conseguir una incontestable victoria en sets corridos.
“Desde el punto de vista mental y emocional, ha sido demasiado”, dijo un extenuado Djokovic. “Demasiado de manejar”.
La Fórmula Uno vivió una temporada memorable, la más emocionante en mucho tiempo. Todo se definió en la última carrera, aunque marcada por la polémica.
Max Verstappen, el audaz piloto neerlandés de Red Bull, se quedó con el título al rebasar a Hamilton en la última vuelta del Gran Premio de Abu Dabi. El británico de Mercedes sigue, por el momento, igualado con Michael Schumacher con siete campeonatos, como los pilotos más laureados de todos los tiempos.
ANGUSTIA Y DRAMATISMO
El mundo respiró hondo durante varios minutos cuando los médicos debieron ingresar a una cancha en Copenhague para salvarle la vida al centrocampista danés Christian Eriksen, desvanecido tras sufrir un paro cardiaco en el debut de su selección en el Campeonato Europeo.
Tiger Woods tuvo que ser llevado de urgencia a un hospital de Los Ángeles tras sufrir fracturas en la pierna derecha cuando su vehículo se salió de una carretera y se volcase varias veces. El legendario golfista disputó a fines de año un torneo de exhibición con Charlie, su hijo de 12 años. No se ve jugando a tiempo completo en la gira profesional.
Días después de atrapar su primer título con la selección de Argentina en la Copa América, Lionel Messi lloraba en una rueda de prensa al despedirse del Barcelona, rompiendo un vínculo de más de décadas. Atenazado por sus problemas financieros, el club catalán no podían solventar un nuevo contrato y el astro argentino recaló en el Paris Saint-Germain.
Acto seguido, de vuelta con la selección, Messi se encontró en medio de un episodio rocambolesco en el clásico Brasil-Argentina por las eliminatorias de la Copa del Mundo. El encuentro en Sao Paulo fue suspendido antes que se cumpliesen diez minutos cuando funcionarios sanitarios locales entraron a la cancha para sacar a un par de jugadores argentinos por un supuesto incumplimiento de los protocolos contra el coronavirus.
La FIFA aún no se ha pronunciado sobre el desenlace del partido, aunque ambos equipos terminaron sellando su clasificación al Mundial de Qatar 2022.
En agosto, cuando Emma Raducanu llegó a Nueva York, la adolescente británica era la número 150 del mundo y tenía una reserva de avión para irse tras la fase previa del último Slam de la temporada. No sólo accedió al cuadro principal, sino que se coronó campeona. Fue la primera jugadora surgida de la clasificación en consagrarse al hilvanar 10 victorias en Flushing Meadows — tres en la ‘qualy’ y siete en el cuadro principal sin ceder un solo set.
El tenis femenino fue remecido al final del año cuando la china Peng Shuai, una ex número uno en dobles, denunció por abuso sexual a un ex alto funcionario del Partido Comunista. La publicación de Peng en una red social de su país fue borrada de inmediato y desapareció de la vista pública, lo que propició que la WTA tomase la determinación de suspender sus torneos en China.
SALUD MENTAL
La salud mental de los deportistas desató un inusitado debate.
La tenista Naomi Osaka se retiró del Abierto de Francia y decidió no jugar en Wimbledon tras revelar que llevaba tres años padeciendo de depresión.
Y Simone Biles, la gimnasta estadounidense llamada a ser una de las figuras sobresalientes de los Juegos de Tokio, abandonó la final de equipos y el concurso individual al admitir que sufría de un bloqueo mental — los llamados ‘twisties’.
Reconocer que la presión la abrumaba dejó de ser algo que se tenía que esconder, y Biles confía en que muchos otros deportistas entiendan esto.
“Abrí un canal para que los atletas puedan expresarse sobre su salud mental y bienestar, que comprendan que se puede darle prioridad a ti mismo (como persona) sobre el atleta”, dijo.